Año: 2014
Autor: Paolo Mori
Diseño gráfico: Mathieu Harlaut y
Christophe Madura
Editor: CMON Limited
Duración aprox.: 75-90 min.
Jugadores: 3-5
Dificultad: 2/5
Dependencia del idioma: Traducido
al castellano por Edge Ent.
Juego
ambientado en una especie de Renacimiento steampunk
con un gran parecido estético con Sky
Traders, también publicado por FFG/Edge. De hecho, me lo compré pensando
que ambos eran del mismo diseñador. En realidad no es así, pero los dos títulos
–además de ser muy divertidos– tienen en común un autor italiano y al artista
Christopher Madura.
La propuesta
de Dogs of War es tan
sencilla como atractiva: convertirnos en mercenarios durante cuatro años/turnos
y luchar por una o varias de las casas dominantes, cambiando nuestras alianzas
según nos convenga para obtener prestigio y poder en la forma de los típicos
puntos de victoria. Para ello dispondremos de una serie de capitanes (bustos de
plástico con la imagen del líder de nuestro ejército), de cartas de soldados y
de cartas tácticas.
En cada
turno se escogerán al azar dos casas que se enfrentarán la una con la otra en
una batalla, habiendo un total tres batallas diferentes para posicionar a
nuestros capitanes. En cada lado de cada batalla habrá una carta de batalla con
seis espacios para dichas figuras (también elegida al azar en cada turno). La mayoría de estos espacios otorgan algún tipo de
premio por situar en ellos un capitán, aunque algunos exigirán un requisito en la
forma del tipo de carta de soldado que tendremos que jugar. Siempre que
coloquemos un capitán en una de estas tarjetas, jugaremos también
obligatoriamente una carta de soldado que habremos comprado al principio del
turno o acarrearemos de un turno anterior. Las hay de cuatro tipos: infantería,
arcabuceros, caballería y máquinas de guerra, cada una con un precio y un valor
de combate diferente.
Como veréis en las fotografías, las batallas están representadas de manera abstracta en un tablero/display, y no representan un terreno real propiamente. Junto a cada
una de ellas hay un registro de batalla que comienza en 0, y que se va inclinando
para uno u otro bando en función de las cartas de soldado que coloquemos.
Efectivamente: la casa vencedora será aquella que tenga este marcador en su
lado al finalizar el turno.
Tras una
fase en la que compraremos soldados, los jugadores irán alternando la
colocación de sus capitanes y tropas en las batallas que escojan, modificando el
registro de batalla en función de la fuerza de sus soldados hacia el lado del
bando que apoyen, cogiendo entonces el posible premio que otorgue la casilla en
la que han colocado a su capitán. Antes de este paso se puede jugar una carta
táctica, que modifica drásticamente la jugada, permitiéndonos, por ejemplo,
cambiarnos al otro bando, duplicar el premio, modificar la fuerza de los
soldados, etc, etc.
Registro de casas |
Guardaremos nuestros recursos tras una pantalla |
Tras estas sencillas reglas que acabamos de ver se esconde un juego tremendamente adictivo con cabida para hasta 5 jugadores en donde la interacción, el enfrentamiento o el “pique” entre éstos es frecuente e inevitable. La presentación es buena, aunque no excepcional, destacando por supuesto los curiosos bustos de los líderes –por cierto, cada uno con una habilidad especial aplicable durante la partida–. La única pega que se puede poner en este aspecto es que las cartas de táctica no vengan con alguna sencilla ilustración, pero es un mal menor e ignorable. Para mí una de las mejores compras del año; un juego fácil de aprender pero con “miga”, en el que deberemos pensar muy bien nuestra estrategia para resultar victoriosos.
Los cinco simpáticos bustos de nuestros capitanes |
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