Año: 2017
Autor: David Sanders
Diseño gráfico: N/D
Duración
aprox.: 30 min.
Jugadores: 2
Dificultad: 2/5
Dependencia del idioma: Traducido
al castellano por Games Workshop.
No puedo negar que mantengo una
peculiar relación de amor-odio con la marca Games Workshop
desde hace décadas: algunos de sus productos me han proporcionado momentos de impagable
diversión y solaz, pero las políticas descaradamente comerciales que la empresa
británica muestra desde hace mucho tiempo han hecho que me desanime a seguir
sus novedades y que me aleje de ella a temporadas largas. En estos últimos
tiempos ha regresado mi Dr. Jekyll y se ha ocultado mi Mr. Hyde, de manera que
he vuelto a conceder una tregua a la compañía y he adquirido varias de sus
novedades: la reedición de Necromunda,
y este Warhammer Underworlds: Shadespire que paso a reseñar e incluso una de sus
expansiones, La Guardia
Sepulcral.
Estamos ante un jueguecito muy
sencillo para 2 jugadores (pueden jugar hasta 4 con otra caja) que dura
exactamente 3 rondas compuestas de 4 activaciones/acciones
alternas por jugador cada una. Los participantes controlan una pequeña banda integrada
por unas pocas miniaturas (de 3 a 7) que se enfrentan en una escaramuza en la
ciudad que da título al juego, ambientado en el universo de Age of Sigmar, previamente conocido como
Warhammer Fantasy. Cada personaje
tiene una carta con sus características, que pueden aumentar en determinadas y
específicas circunstancias, mejorando ostensiblemente y girándose la carta a su
lado dorado.
Las acciones posibles durante
cada activación son básicamente mover y/o combatir, o cambiar alguna carta de
nuestros mazos. Son precisamente éstas las que dan jugo a Shadespire, pues, previamente al comienzo de la partida podremos
preparar y personalizar dichos mazos: el de objetivos,
que puede tener un máximo de 12 cartas, y el de Poder,
con un mínimo de 20. De ellos se irán robando al final de cada turno, amén de
la posibilidad de hacerlo mediante el uso de una activación, como ya se ha
adelantado. Estos mazos tiene tanto cartas genéricas como específicas de cada
raza/ejército, y cada suplemento viene con uno nuevo. Las cartas de objetivo
son, obviamente, las que posibilitan nuestra victoria otorgándonos cierta
cantidad de puntos por cumplirlos (también nos los dará el derrotar a unidades enemigas);
las de Poder, divididas en ardides y mejoras, posibilitarán jugadas excepcionales
e imprevistas y, como es fácil de deducir, aumentos en el rendimiento de
nuestros personajes.
Una partida a Shadespire se puede completar en media
horita, el gran hándicap que tiene el juego para mí, que prefiero cosas de
mayor duración. Por el contrario, su gran baza la considero sus preciosas
figuras, de lo mejor que he visto hacer a Citadel en mucho tiempo (aunque
también es verdad que llevaba bastante sin comprar sus productos, como ya he
dicho, con la excepción de Space Hulk).
Eso y un precio bastante asequible para estar hablando de Games Workshop (40-45
euros) convierten el título reseñado en una opción más que interesante para
aquellos interesados en un juego fácil de aprender y breve. Por mi parte,
espero animarme con estas miniaturas y retomar los pinceles de manera continua después
de muchísimo tiempo, objetivo que voy demorando año tras año…
Las cartas, elemento esencial en Shadespire |
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