jueves, 27 de marzo de 2014

Dungeon Twister

Posiblemente el juego más famoso del francés Christophe Boelinger originalmente publicado en 2004 por la también gala Asmodee (con ilustraciones de Thierry Masson y Wayne Reynolds) y que en la actualidad ha sido traducido a diversos idiomas (la edición española corrió a cargo de Edge Entertainment) y cuenta con infinitas expansiones y variantes, incluidas una versión computerizada y otra con cartas. Goza de gran popularidad en su país de origen, donde se organizan competiciones y encuentros de Dungeon Twister con frecuencia.


Todo listo para empezar: las habitaciones aún no se han revelado
Propuesta y despliegue
Resumidamente, en este título que reseño dos jugadores se enfrentan el uno al otro con sendos equipo idénticos de 8 aventureros. El objetivo de ambos grupos es atravesar una peligrosísima mazmorra llena de trampas, y escapar por el lado opuesto del tablero, para lo que será casi inevitable enfrentarse además al bando contrario. El tablero se compone de ocho losetas que forman un rectángulo de 2 x 4 que se dispone de manera que cada jugador parta de uno de los lados más cortos. Las losetas se distribuyen al azar y bocabajo, sin mirarse. Después de esto, los jugadores reparten sus personajes y una serie de fichas de objetos (también idénticas para ambos bandos) de la siguiente manera: cuatro de los personajes de un equipo comienzan en la zona de salida respectiva de cada jugador. Los otros cuatro, junto con los objetos, se distribuyen alternativamente y también bocabajo en las habitaciones aún sin revelar de la mazmorra. Cuando se haya acabado de colocar todo esto, las cuatro habitaciones centrales tendrán 3 fichas cada una, y las de los extremos 2 cada una. Entonces, los jugadores revelan los personajes que colocaron en su zona de salida (es posible jugar con una ficha plana o con el personaje en vertical sobre una peana).

Habitaciones, personajes y objetos
Existen cuatro parejas de habitaciones de habitaciones idénticas en Dungeon Twister. Cada una de estas losetas se divide a su vez en 5 x 5 casillas por las que los personajes mueven, aunque esto no es tan fácil, ya que los espacios entre losetas están a menudo separados por paredes, rejas y trampas. Más aún: cada loseta tiene un torno que un personaje puede girar. Al hacerlo, rotaremos la loseta gemela de aquella en la que estamos. Esta particularidad del juego –la que le da nombre– genera situaciones tan caóticas como divertidas cuando nuestro contrincante se encuentra de repente mirando a una pared en lugar de al camino, tesoro o personaje oponente al que estaba encarado.
 
Los ocho personajes

Cada uno de los ocho personajes de Dungeon Twister tiene tres características: su valor de movimiento, su valor de combate y una habilidad especial que le hace único. Así, la ladrona puede abrir rejas y desactivar trampas, la pasamuros atraviesa paredes, el troll puede regenerarse, el mago lanza bolas de fuego y levita, el mecanorko puede manipular tornos con más eficacia, el guerrero rompe rejas, el clérigo cura a otros personajes y el goblin otorga 1 punto extra al jugador que logre sacarlo del juego por el lado del oponente.

Además de estos personajes, tenemos 6 objetos que repartiremos por las habitaciones, y que podremos recoger (a razón de uno por personaje, aunque pueden abandonarse o intercambiarse) cuando lleguemos a la casilla en la que están (¡aunque también puede cogerlos nuestro contrincante!). Estos objetos (espada, escudo, tesoro, varita de bola de fuego, cuerda, poción de velocidad) ayudan a sus usuarios en uno u otro aspecto del juego, como puedan ser el combate, el movimiento o la victoria.

Las cartas y el turno
Cartas y fichas
El último elemento que queda por presentar son las cartas. Las hay de tres tipos: de combate, de salto y de acción. Estas últimas son las principales en Dungeon Twister y se usan a razón de una por turno de jugador, alternando la jugada de estas cartas un jugador y el otro. Las cuatro cartas posibles permiten exactamente 2, 3, 4 y 5 acciones, y en principio podemos jugarlas en el orden en que queramos excepto en el primer turno, que tiene una pequeña restricción. Con cada acción permitida por la carta podremos elegir entre mover un personaje, combatir, usar un torno, revelar una habitación, utilizar una habilidad, saltar y otras posibilidades. Podremos gastar más de una acción en un mismo personaje (por ejemplo, para que mueva varias veces) o dividirlas entre varios. Sólo recuperaremos la mano de cartas de acción cuando hayamos gastado todas.

Al revelarse una habitación, el contrincante situará en las casillas que quiera tanto los objetos como los personajes que hubieran en ella y que ambos jugadores habrán colocado en el despliegue, como hemos visto. Básicamente cada personaje puede mover tantas casillas por acción como su valor de movimiento, siempre con la traba de que encontraremos impedimentos como las susodichas trampas o rejas cerradas, que algunos personajes podrán sortear debido a sus habilidades y que otros sólo podrán pasar con equipo o con la ayuda de sus compañeros. En este sentido son muy útiles las cuatro cartas de salto que nos proporciona el juego, y que sirven precisamente para eso: para que un personaje salte un foso con trampa que de otra manera no podría sortear,

La partida en su clímax
Si nos encontramos con un aventurero enemigo, podremos combatir con él mediante el uso de las ya anticipadas cartas de combate. El juego nos proporciona ocho con valores desde 0 a 5. Para combatir, elegiremos una en secreto para sumar a nuestro valor de ataque, y el adversario hará lo propio (aunque en este caso se considerará defensa). Deberemos sacar más que él en total para vencerle, en cuyo caso lo habremos herido. Un personaje herido está prácticamente indefenso, aunque otro miembro de su equipo puede cargar con él. Una segunda herida causará la eliminación del personaje, otorgando a su enemigo 1 punto de victoria. Hay que tener en cuenta que las cartas de combate se gastan tras su uso –con la excepción de la de valor 0, que siempre recuperamos–, así que es importante saber gestionarlas.

La partida acaba en cuanto un jugador ha alcanzado 5 puntos de victoria, ya sea por eliminar personajes rivales, por escapar con los suyos propios, por sacar al goblin o por sacar la ficha de tesoro: cada una de estas cosas proporciona uno de estos codiciados puntos.

Dungeon Twister es un juego curioso y divertido que concentra infinidad de posibilidades estratégicas debido a su despliegue aleatorio de fichas y habitaciones y al hecho de que estas, además, pueden ser rotadas y cambiadas de posición. Podemos casi considerarlo hasta un ajedrez de fantasía. Su duración viene a ser de una horita. En cuanto a sus expansiones y variantes, decir que sólo tengo una de ellas, Paladines y Dragones, que compré de saldo y que ni siquiera he destroquelado, ya que sólo aporta nuevas losetas y nuevos personajes y no estoy seguro de que cambien el juego base para bien. Tengo curiosidad por probar alguna variante como Dungeon Twister 2: The Prison, pero tampoco es que esté entre mis prioridades. 

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