Este juego llevaba ya varios años
cogiendo polvo en la tienda de mi localidad y siempre me picó la curiosidad, y
por fin estas Navidades me decidí a comprarlo aprovechando su liquidación. Lo
publicó por primera vez GMT hace ya dieciséis años y lo firma el
popularísimo Reiner Knizia, y se trata de un sencillo filler de cartas que toma como pretexto los
torneos medievales y la famosa novela de Walter Scott, aunque igualmente podría
haber usado como reclamo razas de gatos o clases de vinos, pues su ambientación
es más bien arbitraria.
Partida con 3 jugadores: torneo de hacha (azul) |
Con una mecánica que recuerda muy
mucho al Condottiere, de 2 a 5 jugadores
compiten en duelos con diferentes armas con el objeto de ganar el trofeo de cada uno de ellos. Cada “arma” está representada por un mazo de cartas de un color
correspondiente y con diferentes valores entre 1 y 7, y el susodicho premio no
es más que una simple ficha de plástico: el primero en acumular una serie de
ellas (cuatro o cinco diferentes, dependiendo del número de jugadores) gana la
partida.
El procedimiento para los
enfrentamientos es simple: el jugador que los inicia propone un color y juega
al menos una carta de este (o un escudero o dama, que son blancos y hacen las
veces de comodines). El jugador de su izquierda debe superar el valor total de la
carta o cartas jugadas por su predecesor (y las que ya tuviera en la mesa) o retirarse de la partida. El duelo
continúa de esta manera mientras los jugadores vayan superando con el valor
total de las cartas expuestas en su zona al del jugador anterior. Cuando sólo
queda en pie uno de los participantes, obtiene el trofeo/ficha, no pudiéndose ganar dos fichas del
mismo color (pero sí un torneo, para así negarle el premio a los demás) y
pudiéndose cambiarse la ficha morada por cualquier otra si se quiere. Por
supuesto, existen cartas especiales “de acción” que, como siempre, pueden
alterar drásticamente un torneo robándole cartas a un contrincante, cambiando
el color/arma de la ronda, etc, etc.
Sin destacar especialmente, Ivanhoe resulta
un filler entretenido, sencillo, adictivo
y bellamente ilustrado cuya temática, si bien algo forzada, lo hace más
atractivo para los amantes de la Edad Media. En mi caso, es bienvenido a mi
pequeño apartado de juegos cortos que utilizo para rellenar algún rato perdido
que pueda quedarnos tras una partida más larga.
Algunos ejemplos de cartas |
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