Título: Mystery Rummy: Jekyll & Hyde
Año: 2001
Autores: Mike Fitzgerald
Ilustraciones: Jody Boginski-Barbessi, Christine Conrad,
Virginijus Poshkus
Editor: U.S.
Games Systems, Inc. y otras
Duración aprox.: 40 min.
Jugadores: 2
Dificultad: 1/5
Dependencia del idioma: Poca
(reglamento y texto sencillo en cartas)
Título: Mystery Rummy: Al Capone and the Chicago
Underworld
Año: 2003
Autores: Mike Fitzgerald, Nick Sauer
Ilustraciones: Christine Conrad,
Caroly Van Duyn
Editor: U.S. Games Systems, Inc. y otras
Duración aprox.: 40
min.
Jugadores: 2-4
Dificultad: 1/5
Dependencia del idioma: Poca
(reglamento y texto sencillo en cartas)
Tercer y cuarto título de la serie de Mike Fitzgerald publicada originalmente en EE.UU. por U.S. Games Systems, Inc., de la que ya hablé hace unos años en esta entrada (posteriormente ha salido un quinto volumen, Escape from Alcatraz).
Las mecánicas y espíritu general de los dos juegos
son parecidas a los de las anteriores entregas: los jugadores intentan reunir “combinaciones”
de un mismo color para poder bajar de su mano y acumular cuantos puntos sea
posible. Una combinación es un mínimo de 3 cartas del mismo color, aunque es
posible bajar menos de esa cantidad si ya hay en la mesa al menos una
combinación del mismo color, sea del jugador que sea. De nuevo tenemos dos
tipos generales de cartas en el juego: las de pista, que son la mayoría, y que
se pueden jugar ilimitadamente siempre que se cumplan las normas de las
combinaciones, y las de martillo, de las que sólo podremos jugar una por turno,
y que nos permiten realizar jugadas más potentes y variadas.
El objetivo del juego es acumular una serie de
puntos (100 en Jekyll y 200 en Capone). Cuando un jugador logra
descartarse de toda su mano, todos cuentan el valor de las cartas que tengan
bajadas (y, en el caso del primer juego citado, se restan las que les quedan en mano).
Normalmente se juega dos rondas, pudiendo no ganar nadie si no se ha acumulado
la puntuación necesaria al final de ellas.
La principal diferencia de Jekyll &
Hyde con otros rummies
es que es para sólo dos jugadores (todos los demás son para cuatro), y que el juego
utiliza una carta que nos muestra al famoso científico o bien a su malvado
alter ego. Sólo las cartas señaladas “J” o “H” se pueden bajar en cada momento,
dependiendo de la cara por la que esté girada la carta de dicho personaje (también
hay algunas cartas que valen para los dos), y las que tienen la letra del
personaje con el que acaba el juego valdrán el doble al final. Incluso es
posible vencer automáticamente a tu rival si acabas la partida y sólo tienes en
tu zona de juego cartas con una sola de las letras. Ni qué decir tiene que
podemos ir transformando al doctor y al monstruo constantemente con cartas
especiales, que es donde radica la principal gracia de este “Caso nº3” de la
serie.
Al Capone and the Chicago Underworld es el
primero título de la colección que cambia la ambientación más terrorífica y
misteriosa de sus predecesores por una temática más mundana: la de los
gánsteres de la Norteamérica de los años 20 y 30. Además, en esta cuarta
entrega, reunir todas las cartas de un mismo gangster les da más valor, siendo
diferente la cantidad de cartas y los puntos totales si se reúnen dependiendo
del personaje (por ejemplo, de Al Capone hay un total de 8 cartas, y todas
juntas valen 35 puntos, mientas que individualmente cada una sólo cuenta como 1
punto). Este volumen es también el que tiene las cartas de martillo más
agresivas aparecidas, pues podemos obligar a nuestros rivales a que nos
entreguen determinadas cartas de su mano e incluso de su zona de juego. Si un jugador
logra reunir todas las cartas del famoso gánster que da nombre al juego y ser
el primero en descartarse, gana automáticamente y sus oponentes no puntúan.
¡Capone se convierte en el rey de la mafia!
Aunque me gusta toda la serie Mystery Rummy, estas dos nuevas variantes me han parecido algo más
flojitas que las dos anteriores. La primera por el hecho de estar limitada a
dos jugadores, la segunda por salirse de la ambientación de sus predecesores,
que me llama más, y por ser menos variado en acciones y cartas. No obstante, se
puede pasar un buen rato con ambos y me alegra haberlos añadido a mi ludoteca.
Comentar, por último, que después del de Jack el Destripador no se ha traducido al castellano ningún Mystery Rummy, y que todos los demás sólo pueden encontrarse en inglés o alemán. Hay que decir que, en general, las cartas no tienen mucho texto y es fácil hacerse una pequeña “chuleta” con la traducción de las de martillo, pues las de pista son todas iguales y lo único que cambia básicamente es el color, el dibujo y el texto de ambiente. Las ediciones alemanas, especialmente, están maravillosamente presentadas y salen muy baratas.
Comentar, por último, que después del de Jack el Destripador no se ha traducido al castellano ningún Mystery Rummy, y que todos los demás sólo pueden encontrarse en inglés o alemán. Hay que decir que, en general, las cartas no tienen mucho texto y es fácil hacerse una pequeña “chuleta” con la traducción de las de martillo, pues las de pista son todas iguales y lo único que cambia básicamente es el color, el dibujo y el texto de ambiente. Las ediciones alemanas, especialmente, están maravillosamente presentadas y salen muy baratas.
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