sábado, 30 de enero de 2016

Adiós a Normandie...

No sin poco pesar me deshago de mi colección Heroes of Normandie. Siempre que vendo un juego me siento como si vendiera a un amigo, salvo en los contados casos en los que tengo la certeza de que es totalmente olvidable o de que le he sacado todo el provecho posible. Pero, como he contado en más de una ocasión, por razones económicas y de espacio no puedo albergar una colección infinita de juegos. Ni me cabrían, ni les sacaría partido, por lo que periódicamente voy vendiendo algunos títulos para reinvertir el dinero obtenido (invariablemente mucho menos del que pagué por ellos) y adquirir así otros nuevos. Podríamos decir que es una especie de “reciclaje” dentro de mi colección.


En esta ocasión, y tras sopesarlo durante un tiempo e intentar dar al juego una segunda y tercera oportunidad, doy por concluida mi relación con la serie Heroes of Normandie de Devil Pig Games diseñada por los autores Yann et Clem. Por desgracia, he acabado desencantándome de un juego que me parecía mucho más prometedor cuando salió. Poco a poco he ido constatando que, tras la preciosa presentación de sus componentes y su indiscutible vistosidad, hay un reglamento muy mal redactado y unos escenarios que parecen poco testeados, que son muy “peliculeros” pero poco interesantes a nivel de juego. Tampoco he encontrado mucho interés entre la mayoría de mis compañeros de partidas por hacer uso de HoN y, como resultado de esto, las dos últimas expansiones que compré el pasado verano –Sainte-Mère-Église y Carentan– estaban cogiendo polvo en las estanterías –de hecho, la segunda ni siquiera la había destroquelado–.

Otra cosa que me ha ayudado a decidirme a vender este lote ha sido la aparición de la variante fantástica del juego base, Shadows Over Normandie, que curiosamente esperaba con mucho interés. Los primeros comentarios que leí sobre ella por parte de los “backers” que la comenzaron a recibir antes de que llegara a las tiendas era que el reglamento era peor que pésimo, incluso por debajo del de Heroes… Esto no hizo sino confirmarme la opinión que yo ya tenía sobre este juego y sobre la casa que los publica: hacen un tremendo hincapié en la presentación visual de sus productos, pero no parece que los testeen demasiado ni se compliquen en hacer un reglamento compacto ni unas mecánicas dinámicas y eficaces. Resulta chocante que Devil Pig Games lleve el tremendo ritmo de publicaciones que lleva con estos productos que a mí me parecen por acabar en este sentido y que, sin embargo, deben de estar vendiéndose muy bien, a juzgar por esa vorágine productiva y por la enorme cantidad de expansiones y complementos que están sacando (¡incluso han ganado dos premios Origin!).

Por mi parte, he perdido casi totalmente la confianza en esta casa y no sé si volveré a comprar algo suyo (quizá considere Shadows Over Normandie, a sabiendas de lo que me voy a encontrar y aceptando de antemano que no va a ser un juego “serio”). Le he dado muchas vueltas a la venta del lote Heroes… A veces me queda la duda de si tenía que haber intentado probarlo completamente (sólo jugué a dos escenarios de Sainte-Mère y a ninguno de Carentan), pero creo que, en mi interior, sé que seguramente no me hubieran satisfecho, que sólo hubieran confirmado la sensación que ya tenía desde hacía tiempo con la serie y con el sistema, así que, aunque derramando una lagrimita por ellos, les digo adiós y miro hacia delante, a la espera de sustituir el hueco sentimental y físico que dejan en mi vida con algún producto que los supere y que sea más acorde a mis expectativas. La vida del ludómano sigue…

miércoles, 6 de enero de 2016

Commands & Colors Napoleonics: Expansion #2 – The Russian Army

El primer juego nuevo del año que pruebo no es propiamente un juego, sino un suplemento: Commands & Colors: Napoleonics Expansion #2 – The Russian Army es el segundo ejército que apareció para el famoso diseño de Richard Borg publicado por GMT, y lo hizo en 2013. Como es obvio, aporta las piezas necesarias para jugar con las tropas del enorme país europeo que lleva en su título y que fue sin duda el gran tropiezo bélico de Napoleón. Se incluyen 20 nuevos escenarios de enfrentamientos que tuvieron lugar entre 1806 y 1814.

El ejército ruso es bastante superior y más variado que español, cuya expansión le precedió y reseñé hace un tiempo (en este enlace), conteniendo diversas unidades de la Guardia y formaciones exclusivas como las de los cosacos, muy útiles para hostigar en terrenos boscosos y que además no proporcionan la consabida bandera de victoria al enemigo cuando son derrotados. También destaca por su alta moral. Su defecto es, sin embargo, es que las formaciones básicas (sobre todo la infantería de línea y ligera) no están totalmente completas a la hora de entrar en batalla, contando de base con tan solo 3 bloques por unidad, lo que obviamente los hace más débiles y vulnerables. Este hándicap está parcialmente compensado con la regla especial de la Tirada Pre-Batalla de la Madre Rusia, que permite lanzar al comienzo de un escenario tantos dados como mando tenga el jugador ruso y rellenar con sus resultados las unidades correspondientes e incluso fortificar alguna.
 
Todo dispuesto para comenzar la batalla de Czarnowo...

The Russian Army incorpora también un nuevo concepto a la serie que hace que esta gane muchos enteros y mayor interés a la hora de librar batallas: ahora, no solo ganaremos banderas destruyendo unidades enemigas, sino que también lo haremos ocupando o manteniendo lugares específicos de cada escenario, como puedan ser puentes, pueblos, montañas, etc. Esto hace mucho más variadas y emocionantes las partidas y les da un sentido más claro al tener que luchar por algo más concreto y no limitarse a destruir al enemigo porque sí.

Me gusta mucho la serie Commands & Colors Napoleonics por su sencillez y vistosidad y con esta nueva expansión me parece que todavía gana más. He conocido a seguidores y detractores de estos juegos prácticamente en igual proporción, y los últimos le critican sobre todo su aleatoriedad, algo que no se les puede discutir, pues la mano de cartas que te toque puede a veces decantar la partida a tu favor o en tu contra o, más habitualmente, dejarte temporalmente sin opciones pero, una vez aceptado que este es el sistema de Commands & Colors, para mí es más que entretenido y divertido y no me disgusta para nada. Curiosamente, la versión napoleónica me parece a años luz por delante de la variante Ancients, aunque en principio me puedan llamar más las batallas de la Antigüedad, puesto que en ella las tropas son más variadas y personalizadas y las mecánicas también más amplias e interesantes. Seguramente seguiré haciéndome la serie poco a poco.