viernes, 1 de abril de 2011

Mansions of Madness: primera impresión

(Artículo originalmente publicado en mi blog El castillo de Lord Ruthwen el 14-3-2011)
Leí mucho a H.P. Lovecraft hacia el final de mi adolescencia y durante la veintena. No me considero ni un fanático suyo, ni un experto en su obra (incluso me faltan todavía algunos relatos por leer), pero sí que guardo un buen recuerdo de aquellos años y de aquellas lecturas. Es por ello que siempre me intereso por las adaptaciones de los escritos del autor a otros medios, ya sean cine, cómics o, como en este caso, juegos de mesa, una de mis grandes aficiones sobre la que ya incluí una entrada hace unos meses (véase) y por medio de la cual quiero dar también pie a una serie de reseñas que iré publicando en el futuro.

Hoy me ha llegado un nuevo juego de tablero que se inspira en los mundos del escritor estadounidense y en sus archiconocidos Mitos de Cthulhu: se trata de Mansions of Madness, y viene avalado por una de las editoras del hobby más importantes a nivel mundial, Fantasy Flight Games, y firmado por uno de los diseñadores más prestigiosos dentro de la empresa, Corey Konieczka.

El juego ya cuenta con un celebre antecesor publicado también por FFG en 2005, Arkham Horror, en realidad un remake del juego del mismo nombre comercializado por Chaosium en 1987, y que era a su vez una adaptación al tablero del juego de rol La llamada de Cthulhu. A día de hoy, Arkham Horror cuenta con numerosas expansiones e infinitos seguidores, y a Mansions of Madness le corresponde la difícil tarea de estar a la altura de tan popular título y de cumplir las expectativas de no pocos fans. Ha habido muchos otros juegos que adaptan de una u otra manera el particular universo de H.P. Lovecraft (como el humorístico Munchkin Cthulhu de Steve Jackson, o La llamada de Cthulhu: el juego de cartas, también de FFG), pero yo personalmente sólo he tenido el Arkham Horror original, su remake y sus continuaciones, títulos que de los que no soy un gran entusiasta pero que colecciono por cariño por la temática y ambientación más que por la diversión que me proporcionan. También tengo la primera versión en castellano de La llamada de Cthulhu, uno de los poquísimos juegos de rol a los que he jugado (y aquel al que lo he hecho más, dentro de que no soy demasiado aficionado a esta variante lúdica), y llegué a comprar –y posteriormente revender– el juego de cartas Mythos, ya descatalogado. ¿Quién diría que el pobre Howard Phillips murió casi en la miseria, a juzgar por el numeroso merchandising que hay hoy en día de su trabajo?

Un chthoniano y un cultista
De Mansions of Madness todavía no os puedo contar mucho. Lo he adquirido sin ni siquiera leerme previamente el reglamento, como ya he dicho, sobre todo por mi afición al tema que trata y porque, vaya, si hay una cosa que es innegable en los productos de Fantasy Flight es que son un lujazo visual, estético y material: sus juegos, aunque cada vez con precios más altos, vienen siempre repletos de vistosos componentes, coloridas fichas y cartas, miniaturas de plástico, etc, etc, y este Mansions of Madness no es una excepción. Por cierto, el juego acaba de aparecer en inglés después de muchos meses de retraso y una grandísima expectación (ahora se dice hype, ¿no?). La edición española está prevista para este mismo año por parte de la editorial nacional Edge Entertainment.

Algunas de las “losetas” con las que se compone el tablero­ 
De momento sólo puedo pues contaros lo que me he encontrado al abrir la caja (por cierto, con una ilustración preciosa en su portada): un reglamento que incluye una guía para los jugadores, otro libreto aparte para el “Guardián” –la persona que, a modo de un juego de rol, prepara la aventura y lleva a los “malos”­–, 9 planchas de cartón con las tiles o “losetas” que conforman el tablero de juego (que es variable según la partida o escenario, y que contiene diferentes localizaciones y habitáculos), así como con todas las fichas y componentes que deberemos destroquelar antes de empezar a jugar (algo que me encanta), un total de 350 cartas variadas que incluyen los característicos eventos, hechizos, obstáculos, objetivos y demás, un dado de diez caras, y 32 figuritas de plástico, 8 con los personajes que los jugadores pueden llevar (“investigadores”) y las otras 24 representando diferentes seguidores, afectados por o simplemente criaturas de los Mitos de Cthulhu (no hay mucha variedad: cultistas, brujas, maníacos, zombies, Mi-Gos, Shoggoths, Chthonianos y Perros de Tíndalos, para quien esté familiarizado con el bestiario lovecraftiano), todo ello con la ya mencionada calidad de material y de presentación de la casa que publica el juego.

En principio, lo que más me llama de Mansions of Madness además de su fuente literaria es que permite jugar hasta 5 jugadores (algo que se está haciendo cada vez más difícil hoy en día, cuando la mayoría de títulos que se publican limitan a 4 el número de participantes) y su duración de entre 2 y 3 horas: como yo soy de la “vieja escuela” y me gustan los juegos largos, espero de uno de ellos que al menos me entretenga una tarde entera. En contra, me parece adivinar algún parecido con Betrayal at the House on the Hill, otro juego de ambientación terrorífica muy popular pero que, sin embargo, a mí no me gustó.

En cuanto haya tenido ocasión de jugar, ampliaré esta entrada con mis impresiones sobre la partida y sobre el juego en general…

Enlaces de interés:
-Web oficial del juego (se puede descargar el reglamento en inglés)
-La serie Arkham Horror (edición en castellano)
-H.P. Lovecraft en la wikipedia

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