martes, 27 de diciembre de 2011

Ghost Stories: Black Secret

En octubre de este mismo año, con motivo de la feria de juegos de Essen o Spiel 2011, Antoine Bauza y Repos Production cerraban la trilogía de Ghost Stories con esta su segunda y se supone que última expansión: Black Secret. La novedad principal de esta nueva entrega es bien sencilla de resumir: ahora puede participar en la partida un quinto jugador (recordemos que el juego original sólo permitía cuatro) que encarnará al mismísimo Wu-Feng, y que se enfrentará, por tanto, a los demás participantes de la partida, en la piel de los valientes monjes taoistas que defienden la aldea china objetivo del villano. Para hacerlo contará con nuevos elementos como son las maldiciones, los demonios y los esqueletos, además de un tablero propio en el que gestionar estos y otros recursos.

La aldea cuenta ahora con un nuevo nivel que son las Catacumbas. Estas están representadas por un tablero de 3 x 3 casillas, cada una de las cuales se corresponde con una de las losetas de la aldea, y a las cuales están conectadas inicialmente por escaleras. En cada una de las nueve casillas de catacumbas se coloca un número variable de fichas (tantas como jugadores taoistas), todas bocabajo y entre las cuales se encuentran las tres urnas que contienen las cenizas de Wu-Feng. Será tarea de los demonios del hechicero buscar entre todas estas fichas hasta encontrarlas, momento en el cual el mismísimo Wu-Feng hace su aparición física en el juego en forma de figura de plástico. Por su parte, los valientes monjes podrán bajar a las catacumbas e intentar frenar a los demonios de su enemigo y eliminarlos.

El jugador que asume el papel de Wu-Feng se encarga ahora de gestionar el mazo de
Fantasmas y el resto de recursos a su disposición: demonios, esqueletos y maldiciones.

El mazo de cartas de fantasmas pasa ahora a ser gestionado por el jugador “malo” y, cada vez que deba revelar una carta por cualquier motivo, podrá elegir el uso que le da a ésta: o bien situarla en un tablero de jugador como se hacía hasta ahora, o bien emplearla para invocar un demonio en las catacumbas, o bien lanzar una maldición, en estos dos últimos casos siempre y cuando pueda, con la carta, pagar el coste para hacerlo, lo que viene en función de la vida o el color del fantasma de la carta revelada respectivamente.

Hay tres tipos diferentes de demonio, cada uno de ellos con habilidades particulares. Una vez han sido invocados en las Catacumbas, al principio del turno de cada jugador podrán ser movidos por Wu-Feng a una casilla adyacente o buscar entre las fichas de la casilla en la que están. Además de las preciadas urnas que resucitarán al nigromante –y que siempre están al final de cada apilamiento– las demás fichas pueden tener efectos variados que afectan positiva o negativamente bien a los monjes taoistas, bien a Wu-Feng.

Tablero de catacumbas de la aldea, en donde los demonios buscarán
las cenizas de Wu-Feng y los monjes taoistas intentarán impedírselo.
Por supuesto, una vez más, los “buenos” cuentan con alguna ayuda, como los Mantras Sangrientos y el Hermano de Sangre. Esto último entra en juego cuando a un jugador sólo le queda 1 Qi, momento en el cual recibe una ficha especial que le permite usar el poder del tablero de taoista que tiene enfrente mientras siga conservando esa cantidad de vida y no recupere más. Los Mantras Sangrientos son cartas que se “compran” mediante puntos Qi: cada vez que un jugador pierde uno de éstos, lo puede poner sobre una carta de mantra, y una vez se haya llenado dicha carta con la cantidad necesaria (de 2 a 4 Qi) otorgará a los jugadores un efecto benéfico inmediato. Por su parte, Wu-Feng contará, como ya se ha adelantado, con las Maldiciones, las cuales, obviamente, tendrán el efecto contrario que los mantras: perjudicar a los jugadores monjes.

La figura de Wu-Feng, cuando por fin aparece sobre el tablero, es invencible, se desplaza a voluntad a cualquier parte y anula la habilidad de la loseta en la que se encuentra, de manera que los jugadores taoistas deberían, además de defender la aldea como siempre (también se puede incluir la expansión White Moon) intentar evitar que los demonios de Wu-Feng rebusquen en las catacumbas. Los demonios se eliminan de manera similar a los fantasmas, sólo que su color varía según en qué casilla de catacumba estén, ya que ésta es la que lo determina. Los mencionados esqueletos son sencillas fichas de 1 punto de vida o resistencia que Wu-Feng puede colocar en determinados momentos sobre cualquier tablero de jugador de manera similar a como se coloca un fantasma, adquiriendo el esqueleto el color del tablero en el que está.

Cartas de Mantras Sangrientos y fichas de Hermano de Sangre.
Por último, hay que señalar que el mazo de fantasmas no incluye ahora Encarnaciones de Wu-Feng, sino una (o más, según la dificultad elegida) cartas de Invocación. El malo de la película puede ahora haber reunido, mediante diferentes acciones, varias cartas de encarnación antes de que se alcance la de invocación, y en este momento podrá elegir de entre todas ellas cuál le representará en el tablero.

Si bien esta segunda expansión para Ghost Stories me ha parecido algo más gratuita que la primera, su mejor aportación es, obviamente, la posibilidad de incluir un quinto jugador. Fuera de esto, la mayoría de nuevos elementos me parecen más prescindibles que los de White Moon.

2 comentarios:

  1. Gracias por las reseñas! Entonces prefieres white moon a black secret si tuvieras que elegir una expansión? Es que la idea de poder hacer de malo en el juego siempre nos había llamado la atención. Qué lio! Saludos!

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  2. Bueno, en realidad tengo los dos, pero ya digo que la última me gusta porque da pie a que participe más gente...

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