La Edad Media es un período que me atrae
mucho dentro del wargame, y ya llevaba tiempo atento a la aparición de Warriors of God, que se enmarca históricamente en las guerras entre Inglaterra y Francia de los
siglos XII-XV, cuando tuvo lugar en 2008.
Como muchos otros productos dentro de la International Games Series de MMP, se trata una vez más de una idea japonesa
desarrollada en su versión occidental por Adam
Starkweather, dueño de la empresa estadounidense. En concreto, este que
tratamos es en realidad un remake del juego de 1986 Taiheiki de Makoto Nakajima,
sólo que trasladado geográficamente a Europa.
La primera impresión que produce Warriors of God, la visual, es soberbia:
componentes de calidad y de exquisito diseño entre los que destacan un mapa con
buena parte de Francia y el Sur de Gran Bretaña y 189 fichas de gran tamaño (2,5 x
2,5 cm), además de hojas de ayuda para los jugadores, dados y unas
instrucciones excelentemente presentadas a todo color. El juego tiene dos
escenarios, La Guerra de los 100 años
y El león en invierno, aunque las
reglas son comunes para los dos a excepción de unas pocas específicas.
Fichas de infantería |
Además de las típicas fichas “funcionales” que nos sirven para señalar o marcar diversos datos y eventos, encontramos dos tipos de unidades en el juego: las tropas normales, que son genéricas y pueden ser usadas por ambos jugadores, y los líderes. Las primeras son generalmente infantería con diversos valores que representan su fuerza y pueden ser combinados. Hay, además, algunas fichas de caballería, arqueros y artillería. Los líderes son esenciales en WoG ya que son los que permiten a las tropas mover, además de tener otras funciones importantes. Sus valores (rango, valentía y combate) repercuten naturalmente en las batallas y en otros factores.
Fichas de líderes |
Los turnos comienzan con una tirada de iniciativa que decide quién es el jugador inicial y cuantos “impulsos” tienen los contrincantes. En cada uno de sus impulsos, los jugadores pueden, o bien mover cierto número de líderes a una provincia adyacente (teniendo en cuenta el tipo de frontera que cruzan), o bien eliminar un marcador de control enemigo si se dan ciertas circunstancias (presencia y mayoría de líderes en un área).
Acabados los impulsos, se resuelven las batallas resultantes, en las que los oponentes tirarán una cantidad variable de dados en función de la capacidad de combate de sus líderes y de las tropas que comandan. Básicamente se impacta con cada 6 en los dados y este resultado causa una baja cada vez aunque, por supuesto, hay modificadores como la diferencia de valentía entre los comandantes de cada bando. Se luchan varias rondas hasta que un bando es destruido o se retira voluntaria o forzosamente. También es posible que se produzca un asedio bajo ciertas circunstancias si el jugador que controla el área decide refugiarse, siendo entonces diferente la tirada de dados y los factores a sumar o restar.
Tras las batallas se determina el control de
los territorios, aparecen nuevas tropas y se reclutan mercenarios. Después se
determina qué ocurre con los líderes capturados (pueden ser cambiados por
líderes del bando opuesto o rescatados mediante pago), si mueren por
circunstancias naturales algunos de los líderes y, finalmente, se reciben
nuevos líderes y se les asignan tropas.
Lo último que se hace en el turno es
actualizar el marcador de puntos de victoria en función de las zonas
conquistadas y de los líderes enemigos muertos o capturados. Hay un único
contador de puntos de victoria en el que se restan y suman las puntuaciones de
los rivales, de manera que sólo uno de los jugadores tendrá puntos en un
momento dado (a no ser que el marcador esté a 0). Por ejemplo: si el inglés
obtuvo 6 puntos y el francés 2, se señalará la diferencia de 4 en el contador
poniendo la ficha de puntos de victoria por el lado inglés. Se gana la partida
obteniendo 30 o más puntos al final de un turno o teniendo más que el oponente
cuando acaba el juego (doce turnos).
Sin lugar a dudas, uno de los mejores
wargames que me he comprado en los últimos años y hasta diría que en toda mi
colección (¡que comencé hace 30 años!). Como creo que ya he dejado ver, me encantan
la época y la ambientación, me gusta mucho estéticamente (las fichas con
escudos heráldicos siempre me pierden) y es un juego de reglamento bastante
asequible pero aún así variado y adictivo. Estoy deseando que aparezca su
secuela, en realidad una nueva versión de Taiheiki
que se llamará Warriors of Japan, y
que actualmente MMP tiene en su programa “P500”:
Yo ayer probé uno basado también en la guerra de los cien años que data de 1998 o algo así si mal no recuerdo. Se llamaba Joan of Arc, no se si te sonará. La cuestión es que es de estos juegos en los que tienes que invadir trozos de mapa (Francia en este caso) siendo o bien ingleses, frances, borgoñeses... y unos cuantos más que no recuerdo ahora mismo. El juego está en inglés y la verdad es que es bastante fácil también de aprender y jugarlo. Los combates funcionan con cartas.
ResponderEliminarYo tengo la continuación de ese juego, "Renaissance", y me parece bastante simpático y entretenido. No es un "wargame" puro y duro, si no una especie de variante de "Condottiere" que le da al mapa más protagonismo. http://www.boardgamegeek.com/boardgame/22666/renaissance
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