jueves, 11 de julio de 2013

The Doge Ship

Título publicado por la italiana Giochix.it el pasado 2012 obra de Marco Canetta y Stefania Niccolini que utiliza una vez más ese marco tan recurrido en los juegos de tablero como es la Italia renacentista. En el papel de constructores de barcos, los jugadores compiten por ganarse el favor del Dux de Venecia a la vez que colaboran para construirle al dirigente una flamante galera.

Se trata de un eurogame para 2 a 5 jugadores de una hora y media de duración aproximadamente. En el tablero encontramos seis filas con seis casillas cada una, correspondiéndose las primeras a cada uno de los seis dados de diferente color del juego y las segundas a sus seis posibles resultados. Debajo de cada uno de ellos, los típicos iconos nos indican las acciones que nos permite esa opción. El turno comienza con los jugadores lanzando los dados disponibles (con menos de 5 participantes, se quitan algunos dados) y colocándolos en la fila de su correspondiente color y en la columna con el resultado obtenido, sobre el dibujo de la cara del dado. Lo que esto nos indica es el coste de las acciones durante ese turno: todas las que están situadas desde el “1” hasta el resultado del dado serán gratis. Para usar cualquiera superior a la tirada del dado, habremos de pagar una moneda por cada número de diferencia. Por ejemplo: hemos lanzado el dado rojo y nos sale un “3”. Lo colocamos en la fila correspondiente a su color, en la columna con el dibujo del dado con un “3”: las acciones del 1 al 3 saldrán gratis a los jugadores. La situada bajo el resultado “4” costará 1 moneda, la del “5”, dos monedas, y así…

Con 3 jugadores se retiran los dados azul y negro

También al principio del turno robamos una carta de dux, que nos indicará básicamente dos cosas: el evento a final de turno (inspección o pleamar), y los posibles bonificadores por construir partes de la galera también durante ese turno. A continuación, los jugadores comienzan a alternar la típica fase de elegir acción, situando una de sus fichas en una casilla que no haya sido escogida. Normalmente se dispone de cinco de estas fichas, aunque el evento de pleamar puede reducir ese número temporalmente.

La galera en construcción
Las acciones posibles son básicamente comprar, construir, obtener dinero e intriga. Tanto las de construir como las de comprar nos dan siempre dos opciones a elegir, e incluso en algunas ocasiones es posible realizar las dos con una sola acción. Se pueden construir tres cosas: góndolas, que principalmente nos darán dinero, barreras, que aportan algún bonificador a otras acciones y además son necesarias para evitar las inundaciones de la pleamar y, por supuesto, partes de la galera. Normalmente al comprar escogemos siempre tres piezas de la opción que hayamos elegido, nos quedamos con una, la pagamos, y la situamos en nuestra zona de jugador. Posteriormente, esas piezas que ya tenemos compradas las podemos construir con la acción oportuna. Al construir una parte de la galera del dux obtenemos una serie de puntos de victoria básicos y otros variables en función de la carta del Dux ¡Estos últimos incluso pueden ser negativos!

La acción de intriga nos permite cambiar la carta de Dux que se sacó a principio de turno y conseguir aprobaciones, necesarias para la fase de inspección y para el final de partida.

Componentes del juego
Cuando todos los jugadores han utilizado sus fichas de acción, se lleva a cabo el evento definido por la carta de Dux, que sólo tiene dos variantes: si hay inspección del dogo, los jugadores apuestan en secreto fichas de aprobaciones y se obtienen puntos de victoria en función de la cantidad de éstas apostadas. Si hay pleamar, se compara el número especificado en la carta con el de las barreras de cada jugador. Si estas últimas son inferiores al número de la pleamar, ese jugador pierde dos acciones en el siguiente turno; si son iguales, una acción; si son superiores, ninguna.

Los jugadores guardan sus compras y construcciones en su zona
La partida continúa de esta guisa hasta que la famosa galera es completada (su tamaño varía en función del número de jugadores). En ese momento, se otorgan una serie de puntos extra en función de las aprobaciones, y se calcula el total de cada participante, ganando naturalmente aquel que haya obtenido mayor puntuación.

The Doge Ship me ha parecido un juego de escaso interés u originalidad, lo mismo que sus mecánicas. La presentación gráfica tampoco destaca ni ayuda a hacerlo al menos más agradable a la vista. Se pasa un rato más o menos entretenido con él y es sencillo, pero, habiendo tantas propuestas como hay hoy en día en el mercado lúdico, antepondría muchas de ellas antes de adquirir este juego.

(Fotografías de Enrique Blasco)

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