sábado, 2 de septiembre de 2017

Falling Sky

Título: Falling Sky
Año: 2016
Autor: Volko Ruhnke y Andrew Ruhnke
Diseño gráfico: Rodger B. MacGowan y Chechu Nieto
Editor: GMT Games
Duración aprox.: 3-9 horas (según escenario)
Jugadores: 1-4
Dificultad: 3/5
Dependencia del idioma: Alta (traducción al castellano aquí)

Como ya he comentado en anteriores reseñas sobre ella, la Serie COIN de GMT se concibió inicialmente para llevar al tablero conflictos insurgentes sobre todo de la segunda mitad del siglo XX. Eran estas una época y una propuesta que me apetecían mucho precisamente por haberme prodigado menos en ellas a nivel lúdico e histórico. Sin embargo, con la serie ya avanzada, sus creadores decidieron enmarcar también sus trabajos en guerras más antiguas, siendo el primer caso el de Liberty or Death, que se ambienta en la Guerra de la Independencia de EE.UU., y ahora el de Falling Sky, el sexto título COIN, que nos traslada a la lejanísima Guerra de las Galias de Julio César, exactamente al año 54 a.C.        

Un tablero más pequeño que otros COIN que ayuda a condensar la acción

Los jugadores se ponen en la piel de cuatro naciones: Roma, por supuesto, los heduos, comerciantes en buena relación con el anterior país, y los más belicosos arvernos y belgas. Además, hay una quinta facción, los germanos, que los jugadores pueden usar en determinadas ocasiones, y que también actúa por cuenta propia. También es posible sustituir a cualquier bando por bots.

De primeras llama la atención el mapa, mucho más pequeño que el estándar de la serie (con la excepción del de Cuba Libre). Esto no es precisamente una desventaja; todo lo contrario: la acción se limita a unas pocas casillas y es más fácil concentrarse en este juego que, por ejemplo, en el extensísimo tablero de Fire in the Lake. Por primera vez también las habituales casillas para almacenar las fichas de cada bando se han quitado del mapa y convertido en tarjetas que son más cómodas y que cada jugador puede poner frente a sí.

Las clásicas fichas de guerrillas son ahora bandas de guerreros y, en el caso de Roma, de auxiliares. Esta última nación también dispone de legiones, los habituales cubos de tropas en otros COIN, mucho más potentes en combate. Volvemos a tener líderes, algo que se introdujo en Liberty or Death, aunque aquí funcionan de forma diferente, siendo más frecuentes y pudiendo ser personajes famosos como César o Vercingétorix, o caudillos menos eficaces si los primeros mueren. La presencia del líder afecta a la casilla en la que está y, a veces, a las adyacentes, potenciando las acciones de su facción.

Cada facción tiene ahora una lámina para almacenar sus fichas

Por último, las tradicionales fichas redondas de bases son ahora tribus aliadas: a las naciones galas les interesará normalmente tener cuantas más mejor; Roma buscará tener suyas o, simplemente, que no estén aliadas con ninguno de sus enemigos (vacías). Algunas de estas tribus se pueden fortificar, lo que mejora la defensa en su provincia. El ejército de César cuenta, por su parte, con Fuertes, que pueden situarse libremente sin necesidad de que haya casilla para base.

Las órdenes y capacidades especiales de las que disponen las Facciones son más o menos las típicas de los COIN: Reagrupamiento/Reclutamiento, Marcha, Batalla, Emboscada… por supuesto adaptadas a la facción y a la época. Algunas naciones como los heduos basan sus acciones en los recursos: son los que más fácilmente los logran y los usan a menudo para comprar al enemigo, en lugar de luchar contra él; los belgas o los arvernos son más belicosos, los primeros incluso pudiendo usar a los germanos, y los segundos pudiendo devastar las regiones que invaden. Roma, por su parte, tiene habilidades como la Exploración, que expone a las bandas de guerreros durante más tiempo.

El combate conlleva seguir una secuencia de juego algo más difícil que en otros COIN, donde el enfrentamiento es más directo (en ese sentido, Falling Sky está más próximo a su inmediato predecesor, Liberty or Death). La presencia de líderes y de fortificaciones modifican el ataque y la defensa, y también es posible retirarse antes de la lucha. Todo esto hace algo más engorroso el combate en el juego, pero en general, el nuevo método se asimila rápidamente.

Las cartas de evento siguen siendo el motor del juego

Cada cierto tiempo, por supuesto, tenemos la carta de Invierno (Propaganda en otros COIN), en la que se comprueba la victoria, se cobran ingresos y se repliegan tropas. Para el jugador romano es importante disponer de una buena línea de comunicaciones a través de provincias conectadas a Roma para no tener que mandar a sus ejércitos avanzados de vuelta a casa.

Me he declarado fan de la Serie COIN desde sus inicios y, lejos de hacérseme tediosa o repetitiva (aunque algunas de sus entregas puedan ser más flojas), mi interés por ella no ha decaído. Este Falling Sky demuestra que, tras seis volúmenes, aún se pueden aportar ideas novedosas a ella, como han demostrado aquí  Andrew Ruhnke y su padre, Volko Ruhnke, creador de la línea. El próximo COIN, que ya tengo en mis manos y espero reseñar en breve, es Colonial Twilight, nos lleva a la guerra franco-argelina de 1954-1962 y tiene la particularidad de que está concebido para sólo 2 jugadores.

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