viernes, 10 de junio de 2011

República de Roma: ya en mis manos

No me cabe duda de que los juegos de mesa son como una droga: cuando uno se vuelve adicto a ellos (cosa que a mí me ocurrió hace lustros), acaba necesitando continuas dosis. Y aunque intento dosificar mi “aficción”, tanto por motivos económicos como de espacio, casi todos los meses adquiero al menos un par de títulos. Y, por suerte o por desgracia (para mi bolsillo), este junio viene saturado de importantes novedades en el mercado nacional, casi todas de la mano de la empresa española Edge Entertainment, principal perdición de los aficionados lúdicos de nuestro país, sin desmerecer para nada la labor de otras compañías como Devir u Homo Ludicus. Tan sólo para comenzar el verano, Edge nos ha propuesto a los aficionados no pocas traducciones de juegos extranjeros, mayoritariamente de Fantasy Flight. Exactamente los que a mí me interesan son: Civilization, DungeonQuest y el que se ha puesto a la venta hoy: República de Roma, todos ellos remakes o nuevas versiones de juegos editados años atrás.

En concreto, República de Roma apareció por primera vez en 1990 de la mano de la mítica Avalon Hill. Nosotros lo teníamos en nuestra asociación, y de las partidas a aquel juego recuerdo que era original, pero muy difícil (la casa americana numeraba del 1 al 10 la dificultad de sus títulos, y este era, creo recordar, de 10). Aún conociendo esta complicación, no he podido resistirme a la tentación de comprar la nueva versión de Valley Games. Además de, lógicamente, haberse actualizado el apartado gráfico del juego, se supone que se han limado y actualizado sus reglas. Aún así, salta a la vista que estamos ante un juego “de los de antes”, para muchos jugadores (hasta 6, casi un lujo hoy en día) y de extensa duración (unas 5 horas). Los participantes representan diferentes facciones del senado de Roma que deben colaborar para mantener el imperio, pero a la vez conspirar contra las demás y obtener la superioridad política y/o militar. El reglamento básico tiene nada menos que 20 páginas bien repletitas de texto, a las que se añaden luego 4 más de reglas avanzadas. Qué Júpiter nos pille confesados…
Obviamente, apenas acabo de emprender la labor de leerme dichas instrucciones, pero incluyo a continuación una foto de los componentes recién sacados de la caja (y exceptuando el libreto de reglas): por cartón no podremos quejarnos: unas 350 fichas, 178 cartas, 166 monedas, etc, etc… Una de las cosas que más me gustan de los juegos de tablero –a veces, incluso más que jugarlos– es abrirlos, embelesarme con sus componentes –confieso que algunos también me gusta olerlos–, destroquelar las fichas, y por supuesto leerme sus reglas. Es como una nueva aventura, como ver una película o leer un libro, aunque luego, a la hora de jugar de verdad al juego, puedas acabar decepcionado porque esperabas más de él.

Bueno, de momento no hay reseña, claro… Tan sólo quería compartir con vosotros las primeras impresiones de esta nueva (o vieja) adquisición… Ya contaré más si logro reunir a unos cuantos valientes jugadores para abordar tan complejo juego. Para que luego piensen que este hobby es de niños…

2 comentarios:

  1. Yo ya tengo también el mío y estoy como un niño chico ;D

    Ahora sólo queda jugarlo.

    Un saludo!

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  2. Yo la verdad es que me estoy arrepintiendo... Fíjate que en su momento me leí las reglas del original, pero ahora he perdido la costumbre de abordar estos mamotretos :S

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