jueves, 20 de junio de 2013

Caylus

Diseñado por William Attia y publicado por primera vez en 2005 por Ystari Games en Alemania (Edge Entertainment nos brindaría la versión española poco más tarde), Caylus se ha convertido claramente en uno de los pilares de esa modalidad relativamente reciente en nuestro hobby que es el eurogame, del que innegablemente es uno de sus mayores exponentes y de sus títulos más conocidos.

Como muchos otros juegos de gestión, se centra y ambienta en una ciudad, la urbe francesa de la que toma nombre, y reincide también en un período tan revisitado en los eurogames como es la Edad Media: de 2 a 5 jugadores deberán colaborar con su monarca para erigir el castillo de la localidad y hacer que esta crezca a su vez. Para ello, recolectarán los habituales recursos, construirán edificios e intentarán ganarse el favor del rey para obtener prestigio y beneficios.

Final del primer turno, con los edificios iniciales (rosas) y el primer edificio de madera
(marrón, antes de la primera casilla vacía) ya construido

Tablero, peones y edificios
La zona principal del tablero de Caylus es un camino de 34 casillas, algo más de la mitad de las cuales comienzan vacías. Este camino es a la vez una especie de “contador de turnos”, como se verá después. Las primeras casillas del tablero tienen, o bien un edificio impreso, o uno de los iniciales, en forma de loseta, que se colocan al azar. Posteriormente, los jugadores irán ampliando este camino con nuevas losetas, comenzando siempre en la casilla vacía más cercana al inicio de la ruta. En otra zona del tablero tenemos el castillo con sus tres diferentes fases, así como las casillas de favores reales, que también se explicarán enseguida.

Edificios, recursos y monedas
En cada turno, los jugadores dispondrán de hasta 6 peones o trabajadores en forma de cilindro que podrán colocar en uno de los edificios del camino o en una de las casillas bajo el castillo, siempre que ni unos ni otras estén ya ocupados. Colocar a un trabajador nos costará dinero. Partimos con un pequeño presupuesto variable dependiendo de nuestro orden de turno (de 6 a 8 monedas), y normalmente recibimos 2 monedas más al comienzo de cada turno. Conforme los jugadores pasen el turno y dejen de realizar acciones, los que todavía sigan activos tendrán que pagar mucho más para colocar trabajadores (¡hasta 5 monedas!).

Los edificios del tablero, por supuesto, proporcionan diferentes ventajas: unos dan dinero, otros favores reales, otros deciden el orden de turno, etc, etc, aunque sin duda los más usados y esenciales serán los de producción y aquellos que nos permitan cambiar recursos, venderlos o comprarlos. Los recursos de Caylus son piedra, madera, tela, comida y el más escaso y cotizado oro, que no puede conseguirse hasta más avanzada la partida. Estos recursos nos servirán, a su vez, para otros propósitos, como construir nuevos edificios. Conforme progresemos en el camino y avance el juego tendremos opción a mejores y más beneficiosos edificios: primero serán los de madera, luego los de piedra, después las residencias y, finalmente, las maravillas. Todos ellos nos darán puntos de prestigio, que, naturalmente, son los que determinan la victoria. Además, señalaremos los edificios que erijamos nosotros con una casa de nuestro color y, sin son usados por otro jugador, recibiremos por ello 1 punto de prestigio cada vez.

El castillo
El castillo, con sus tres diferentes etapas
Veamos ahora la ya avanzada construcción del castillo: todos los turnos, los jugadores tienen la opción de colocar uno de sus peones en esta zona del juego. Cuando llegue el momento al final de turno, podrán aportar lotes de productos (tres, uno de los cuales debe de ser comida) para colaborar en la obra. Por cada lote, podrán situar en la zona oportuna una de sus casas. Por el simple hecho de hacer esto, se recibe un número fijo de puntos de prestigio cada turno, y además puede obtenerse un favor real si se aportan más lotes que los demás jugadores. El castillo tiene tres fases: sótanos, almena y torre, cada una de las cuales concluye, en este orden, en un determinado momento del juego, tal y como se indica en el camino principal. Cuando se valora cada fase, se reciben favores reales extra, o incluso es posible perder puntos de prestigio si no se ha participado en alguna de ellas.

Preboste y alguacil
Los favores reales: puntos, dinero, recursos...
Cuando los jugadores han colocado la totalidad de sus peones o decidido que no quieren usar más, se “repasa” el camino, en orden, y se utilizan los edificios, retirándose los peones que hubiera en ellos. Acabado esto, llega el momento de presentar a dos curiosos personajes que deciden prácticamente el transcurso del juego: el preboste es una pequeña ficha blanca que parece una pastilla, mientras que el alguacil es una ficha del mismo color pero bastante más alta. El alguacil señala qué edificios van a dar provecho a sus usuarios y cuáles no: aquellos situados por delante de él en el camino no servirán y los jugadores que hubieran usado peones en ellos habrán perdido la acción. Esto no es tan fácil de prever, ya que el alguacil puede ser movido por todos los participantes, tanto usando un edificio como pagando. Esta es una manera ideal de fastidiar a nuestros oponentes, retrasando la ficha del alguacil y haciendo que los edificios que pensaban utilizar queden inútiles. Por su parte, el preboste hace un poco las veces de contador de turno y avanza cada turno 1 o 2 casillas en función de la situación del alguacil. Cuando el preboste alcanza las casillas pertinentes, se evalúan también cada una de las casillas del castillo que hemos visto, e igualmente señala el fin de juego en la última de estas fases, momento en el que el dinero y los recursos sobrantes pueden aportarnos algunos puntos extra.

El preboste y el alguacil alcanzan la última fase: final de la partida

Valoración
¿Qué se puede decir a estar alturas de un juego que es ya un clásico con tan sólo quince años de vida? Divertido, redondo y bien diseñado, algo estresante a veces cuando tienes que decidir cómo repartir tus peones por el tablero (siempre y cuando no se te adelanten los rivales), es un título que merece estar en toda ludoteca, especialmente en las de aquellos que prefieran los eurogames. Se le puede echar en falta un poco de variedad y que es posible que se haga algo rutinario tras unas cuantas partidas. Téngase en cuenta que la única aleatoriedad que tiene es la ubicación de las diferentes losetas de edificio, así que quizá no sea un juego para sacar de la estantería todas las semanas, pero sí para jugarlo cada cierto tiempo, especialmente para introducir a profanos en esta variante típica de nuestro continente. Otra pequeña pega que se le puede poner es que el apartado estético no es nada del otro mundo, aunque cumple su función, y que las fichas de madera desentonan un poco con el tablero y las piezas de cartón, algo muy habitual en los eurogames. Por fortuna, existe una segunda edición remozada estéticamente y hasta una edición Premium limitada que a mí personalmente me gusta menos por ser demasiado “cuadriculada”. ¡Ah: y también está la versión con cartas!

4 comentarios:

  1. Tiene buena pinta este juego. No he tenido posibilidad de jugarlo, pero me gustan los de gestión de recursos. Bueno, mayoritariamente, me gusta todo a mi XDDD.

    Ya de paso, te quería proponer una cosa (es que no se donde enviártelo de forma privada). Llevo tiempo siguiéndote y tus posts los tengo metidos en mi blog de juegos. También soy reseñero, aunque un poco más bestia, ya que explico como jugar con detalles a los juegos, haciendo como resúmenes.

    Te quería pedir, sino ves inconveniente, que me añadieras a tu blog en alguna sección.

    Este es mi blog: http://stegyland.blogspot.com.es/. Si vas a la sección de Posts interesantes verás hay varios tuyos que puse.

    ¡Gracias ^_^!. Te voy siguiendo.

    ¡Saludos!

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  2. ¡A mí también me gustan todos! Ya te he añadido en la secció "Blogs amigos"...

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  3. A día de hoy sigue siendo mi juego favorito :)

    Aunque esos 15 años de vida... son más bien 7 u 8 jaja.

    Un saludo!

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  4. Yo tampoco lo tengo desde que salió, sino desde hace unos pocos años. A mí me gusta, pero no es mi favorito ni entre los eurogames ni entre todos los juegos en general.

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