martes, 5 de noviembre de 2013

Panic Station

Simpático filler publicado en 2011 por White Goblin Games. Está diseñado y dibujado por el belga David Ausloos y se inspira en la película (o las películas) La Cosa. Tiene cabida para 4 a 6 jugadores y su duración es de unos 45 minutos y, por supuesto, uno de ellos comenzará el juego infectado o llegará a estarlo en algún momento. A partir de ahí, su misión será infectar a todos los demás y, la del resto, hallar el nido original del que parte la infección y quemarlo antes de que sea demasiado tarde.

Se juega a Panic Sation con cartas, unas representan las habitaciones de la base y se van desplegando conforme se explora ésta, otras son de objetos y elementos como gasolina, botiquines, municiones, sangre y la infección propiamente. Cada jugador lleva dos personajes: un humano y un robot. Sólo los primeros pueden quemar el foco infeccioso, pero los últimos son los únicos capaces de poder disparar a otros jugadores. Entre ambos se pueden repartir cuatro acciones iniciales por turno (mover, explorar, atacar, usar…) que pueden verse reducidas si disminuye la vida de estos personajes (4 pasos cada uno en principio, que se representan con la posición de su carta). Al explorar las habitaciones encontraremos objetos útiles, mecanismos para abrir puertas y otras ayudas, pero también “bichos” alienígenas que nos atacarán, y que irán moviendo posteriormente durante cada turno.

Explorando la base en busca del nido alienígena

Cuando las fichas de dos jugadores se encuentran en una habitación, están obligados a cambiar una de sus cartas. Cada jugador tiene desde el principio tres cartas de sangre con las que puede propagar la infección si es la “cosa” y debe aprovechar este momento para hacerlo. Por supuesto, la identidad del o de los infectado/s se mantiene en secreto, aunque llegará un momento en que esto será ya imposible porque habrá muchos de ellos y les delatarán sus acciones. Un jugador no infectado puede evitar convertirse defendiéndose con una carta de bidón de gasolina cuando recibe una de sangre. También existe la opción de hacer una prueba para descubrir cuántos infectados (pero no quiénes exactamente) hay en juego.

Personaje y robot del jugador azul
Si se descubre el nido alienígena y se quema con tres bidones de gasolina, el peligro extraterrestre ha sido erradicado y gana el bando humano, lo cual no es nada fácil, porque la infección se propaga rápidamente. Este elemento de secretismo y paranoia hace Panic Station bastante atractivo, aunque uno tiene la sensación, como en tantos otros juegos, de que es más fácil ganar siendo “malo” y se siente tentado de dejarse infectar. Por lo demás, un título divertido al que quizá se le podría haber sacado más partido habiéndose hecho más largo y rentable. Como plus, que la disposición de la base sea siempre aleatoria debido a la forma en que se compone, como minus, que las ilustraciones de las cartas no sean ningún dechado artístico, aunque hay que admitir que la caja metálica en la que se presenta el juego está muy chula.

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