HeroCard
es un sistema genérico de juego cartas creado por la empresa estadounidense TableStar
Games. Entre 2006 y 2007, ésta publicó seis títulos independientes que
utilizaban dicho sistema, común a todos ellos, y que contaban con
ambientaciones variadas como pudieran ser la fantasía heroica, la ciencia
ficción, el Japón medieval, o una pesadilla, como es el caso del juego
reseñado, que lógicamente se titula Nightmare.
Efectivamente:
los jugadores de este juego de original temática (de 2 a 4) están inmersos en
un terrible sueño del que, como reza el eslogan, “sólo uno despertará”. Cada
uno de los participantes representa a un personaje y recibe el mazo
correspondiente. Además, en secreto, todos reciben una carta con una de las
siete posibles localizaciones del juego y otra con uno de los cinco monstruos:
estos últimos serán el asesino de cada jugador y el lugar en el que morirá. El
objetivo del juego es deducir cuáles son las cartas secretas de cada jugador para
intentar acorralar a cada rival en el lugar de su muerte y con el monstruo que
la provocará. Aquel que quede el último será el ganador de Nightmare.
El
tablero se conforma entre todos los jugadores, pudiendo reconfigurarse
posteriormente durante la partida. Se colocan en él también las figuritas de
los cinco monstruos, así como la del durmiente, que representa a todos
los jugadores, algo que hay que tener muy en cuenta.
Los
jugadores disponen en cada turno de 3 movimientos para mover las figuras y
cambiar las losetas cumpliendo ciertos requisitos.
Los
personajes de cada jugador tienen tres atributos que se representan con sendas
cartas colocadas de salida en la mesa: el físico, el mental y el anímico. Cada
uno de ellos nos permitirá jugar cartas del color correspondiente hasta el
valor máximo de dicho atributo. El sistema HeroCard nos permitirá “combatir”
contra los demás contrincantes, en un primer momento para asustarlos, y cuando
ya hayamos descubierto sus cartas secretas, para eliminarlos.
El
jugador en turno puede iniciar un combate utilizando cartas de ataque; el resto
puede, o bien apoyar ese ataque, o bien bloquearlo, haciendo las veces de
defensor. De hecho, siempre hay que apoyar al bando que va perdiendo o pasar y,
una vez hayamos escogido facción, ya no podremos cambiarnos durante el ataque
actual.
Cuando
todos los jugadores dejan de añadir cartas a un combate, se calculan los puntos
de ataque y los de defensa. Solamente si los primeros son superiores a los
segundos habrá una consecuencia en la partida: todos los jugadores cuyo
monstruo y/o localización sean aquellos en los que está la figura del durmiente
(y en donde se ha producido el combate), deben deshacerse de su mazo de cartas
y coger otras tantas como dejaran. Con ello revelan una o las dos pistas
necesarias para que los demás oponentes puedan eliminarlos. Es importante tener
en cuenta que la figura de la cama representa, como ya se ha dicho, a todos los
jugadores, y que un combate puede incluso afectar al jugador que lo inició si
el monstruo o la localización en donde se ganó ese combate son los suyos. Nightmare propone pues un sistema de
deducción para descubrir qué asusta a cada uno de nuestros rivales.
Cuando
uno ya está seguro del lugar en el que va a morir otro jugador y de la criatura
que lo va a matar, intentará juntar ambos y llevar allí al durmiente,
iniciándose entonces un combate entre ellos dos –solamente– que podrá resultar
en la muerte del defensor si no sale victorioso.
Mencionar
también que, si se da el caso de que nadie huye de una localización y un
monstruo, éstos se descartan, acotándose más la búsqueda de las cartas secretas
de los jugadores. Lo mismo ocurre cuando un jugador es derrotado según hemos
visto en el anterior párrafo.
Naturalmente,
durante nuestro turno tenemos también una serie de opciones para deshacernos de
nuestra mano, reponerla, o despejar nuestra zona de juego en la mesa de cartas
que nos estorben.
La
verdad es que llevaba varios años “picado” por este juego, y finalmente me hice
con él hace poco, confirmándose más o menos la idea que ya tenía: la temática o
ambientación es original, y el tablero y las figuritas lo hacen atractivo, pero
no soy muy amigo de la mayoría de juegos de cartas, especialmente de los que
sólo están compuestos por éstas, y Nightmare
no es una excepción. El combate se me hace algo monótono y repetitivo, y el
diseño de las cartas, usando imágenes de modelos para ellas, no me llama mucho.
En
resumen, un filler que a veces puede
dejar de serlo (de una hora a hora y media) que sólo destacará en mi colección
como curiosidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario