Tras una breve estancia en mi
ludoteca doy salida a este Triassic Terror diseñado
por el australiano Peter Hawes y publicado por su empresa Kayal
Games en 2013 y distribuido a nivel mundial por Eagle-Gryphon.
El juego no es que sea ni mejor ni peor que tantos otros que aparecen hoy en
día, pero no ha cuajado demasiado entre mi grupo de jugadores y el espacio y la
economía me obligan a deshacerme de algunos títulos periódicamente para que entren otros
nuevos.
Estamos clara y sencillamente
ante un juego “de mayorías”, en el que hasta 6 participantes representan a
rebaños de dinosaurios que se mueven a lo largo de 4 entornos diferentes
intentando expandirse y reproducirse a la vez que evitan a depredadores como el
Tiranosaurio, el Velociraptor o el Pterodáctilo. La partida se divide en 3
épocas compuestas cada una de un número de turnos variable según los jugadores,
al final de las cuales se puntúa según ciertos requisitos (básicamente ocupar
más zonas y en más sitios que los demás).
El mapa está dividido en cuatro
grandes entornos, cada uno de ellos compuesto a su vez por tres áreas con otros
tantos hábitats. Un jugador sólo puede tener un rebaño en cada uno de los hábitats,
y cada uno de estos concede un determinado número de puntos (algunos ninguno).
Automáticamente, el rebaño más grande de cada jugador se pone en el hábitat de
mayor puntuación, seguido del segundo jugador con más dinosaurios, y después el
tercero. Esto hace que a menudo los rebaños se desplacen los unos a los otros e
incluso se expulsen del tablero.
Los jugadores funcionan con
pequeñas figuritas de madera que representan a individuos de su rebaño (o
fichas redondas que representan a tres de estos). En cada turno, los jugadores
eligen en orden una de las losetas de acción disponibles (siempre son las
mismas seis), y la utilizan. Estas acciones nos permitirán movernos, ampliar el
rebaño, redistribuirnos e incluso aglutinar individuos de otros rebaños. Y,
además, por supuesto, algunas de ellas nos darán la opción de mover a los
depredadores para que devoren dinosaurios de otros jugadores (¡incluso a los
tuyos, si no tienes cuidado!). Además de todas estas opciones, al principio de
cada época recibiremos una loseta de entorno, única forma de crear nuevos
rebaños –pues las losetas de acción sólo nos permiten mover o ampliar los ya
existentes– y también recibiremos dos fichas especiales de volcán y eclosión de
un único uso.
El juego incluye también 15
simpáticos dinosaurios de goma (como los que venden en quioscos y jugueterías)
principalmente simbólicos, pues su único uso es situarse en la casilla de la
loseta de acción que escojamos cada turno para indicar el orden en que podemos
actuar. Cada jugador tiene también un tiranosaurio para colocar en el tablero
cuando use la acción correspondiente, y sólo puede haber uno de estos terribles
lagartos a la vez.
Sólo he podido jugar unas pocas
partidas a Triassic Terror y me he
quedado con las ganas de hacerlo con un número mayor de jugadores (5 o 6), con
el que estoy seguro de que el juego debe de ganar en emoción e interacción,
pero como ya he comentado al comienzo de la reseña, en estos momentos ya no
tengo este título en casa (de hecho, no he llegado a realiza ni fotografías de
las partidas; perdonadme que use las de promoción). En fin, lo dicho: otro juego
de mayorías, entretenido pero no especialmente fascinante para mí, y que tiene
como particularidad la ambientación prehistórica y a sus reptilescos
protagonistas, características que pueden marcar la diferencia con otros juegos
de la misma modalidad a la hora de decidirse por unos u otros.
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