Año: 2018
Autor: Marco
Antonio del Campo
Diseño
gráfico: Marco Antonio del Campo
Editor: Edge Entertainment
Jugadores: 3-4
Dificultad: 2/5
Sencillo juego de estrategia ambientado en la península
ibérica del siglo XI en el que los participantes lucharán por lograr una
posición predominante. Cada uno de ellos dispondrá de hasta dos fichas de
ejército –el real y el vasallo– que podrán ir desplazando por entre las
diferentes provincias del mapa con el fin de conquistarlas. En principio, un
ejército sólo mueve una casilla por turno, pero es posible desplazarse más si
se tienen tropas rápidas y también a través de rutas marítimas.
El turno comienza con una puja para hacerse con la
iniciativa y ser el primer jugador en actuar, tras lo cual se lee una carta de
Reconquista, equivalente a las clásicas cartas de evento habituales en tantos
juegos de tablero. Tras ello, se reciben rentas por las provincias que se
dominan (de 1 a 4 monedas, según se señala en cada provincia, más el doble en
las zonas en las que tengamos castillo, uno al empezar la partida). Después podremos
invertir nuestra riqueza en reclutar tropas, construir nuevos castillos (máximo
tres) y reclutar a nuestro ejército vasallo e incluso, en ocasiones, pagar
rescate por nuestros líderes si han sido capturados en batalla.
Los ejércitos están formados por cartas de tropa, de las que
hay tres tipos: infantería, caballería y máquinas de asedio. Las tropas
muestran diferentes valores para luchar en batalla campal, ataque en asedio y
defensa en asedio. Además, algunas disponen de la capacidad de marcha rápida o
están especializadas en combatir en uno de los tres tipos de terreno del mapa:
llanura, montaña o bosque. Cada líder puede reclutar y comandar un número
limitado de estas cartas, normalmente de 6 a 8, que colocaremos bajo la carta
de este general, y además también tiene su propio valor de combate para
participar directamente en las batallas.
Llega entonces la parte principal y más larga del juego, que
es mover los ejércitos y resolver las posibles batallas. En función de la
situación de cada provincia a la que entre un ejército, se podrán dar diversas
situaciones dependiendo de si se entra a un territorio sin control, controlado
pero desocupado, u ocupado por uno o más ejércitos y con o sin castillos, lo
que conforma la parte un poco más complicada del juego, ya que, además, los
jugadores pueden apoyarse entre sí en la lucha contra un enemigo común.
El combate propiamente es, por el contrario, sencillo: los rivales
juegan cartas de su ejército, una o dos, notificando su valor según la
situación (batalla campal o asedio), y debiendo el contrario igualar o superar
dicho valor con una o dos de sus cartas, y siguiéndose de ese modo hasta que un
jugador no puede usar más cartas o decide retirarse. No obstante, si un jugador
juega a la vez dos cartas de tropas con el mismo símbolo de terreno de la
provincia en la que se está librando la batalla, puede reinstaurar el número
por el que se está combatiendo y bajarlo, una curiosa regla que permite
drásticas modificaciones en el combate.
Por cada combate ganado podremos recibir 1 punto de victoria
o quitárselo al vencido (2 en el caso de asedios), lo mismo que por construir
nuevos castillos. En el momento en que un jugador ha alcanzado los 6 puntos de
victoria, si gana otra batalla, es automáticamente declarado vencedor. De lo
contrario, lo será aquel con más puntos de victoria al final del turno 10 de
juego.
Reconquista es un
juego que me ha dejado una grata impresión porque en este momento me apetecen
este tipo de diseños, en los que haya competitividad y pique e incluso mejor
aún si tienen una ambientación histórica. No es muy complicado, aunque las
reglas que explican las diferentes situaciones que se pueden dar en un combate
son algo confusas y me parecen lo único verdaderamente objetable del juego.
Además, hay que destacar que el diseño gráfico, muy agradable, también ha
corrido a cargo de su autor, Marco Antonio del Campo. Es quizá un poco irreal que
un jugador nunca pueda ser totalmente derrotado (no puede entrarse a su último
castillo) o reglas como que, si tenemos un castillo asediado, podemos desplazar
hasta él un ejército esté donde esté, pero está claro que en los tiempos
actuales ya no existen aquellas derrotas súbitas y tempranas que existían en
muchos juegos de hace treinta años, en los que podías llegar a la partida, ser
derrotado a la media hora, y tener que irte a casa o quedarte mirando mientras
tus compañeros seguían disfrutando toda la tarde. Insisto: interesante
aportación de Edge, entretenida, relativamente sencilla y barata. A ver si este
producto anima a algunos jugadores atemorizados o vacilantes a dar el salto
del eurogame a la estrategia y a los
juegos con competitividad más directa.
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Los diferentes tipos de tropas que podremos reclutar |