Hace un par de años, la poderosa Fantasy Flight Games publicaba Runewars, un juego que se ambienta en el mundo de fantasía de Terrinoth creado por esta casa y en el que también transcurren otros títulos suyos como Runebound o Descent. El diseñador fue una vez más el habitual Corey Konieczka. Hasta 4 jugadores pueden ponerse al mando de otras tantas razas para luchar por la hegemonía del territorio que conforma el tablero, y que forma parte de esos reinos ficticios exclusivos de la marca estadounidense. Así, tenemos un bando compuesto por humanos, otro de elfos del bosque, uno de no-muertos, y un último de criaturas caóticas y monstruosas.
Presentado en formato de caja grande, los componentes del juego incluyen una enorme cantidad de material con la habitual calidad de FFG: dos centenares de figuras de plástico, casi cien fichas de cartón de varios tipos y otros dos centenares de cartas, además de varias piezas de diferentes formas con las que se crea el tablero, que varía de una partida a otra.
Estaciones, órdenes y movimiento
La partida propiamente se estructura en estaciones (turnos), comenzando cada una de ellas con un evento aleatorio y con uno que es siempre fijo. A continuación, los jugadores pueden elegir una de sus ocho posibles cartas de orden que no hayan usado todavía. Éstas les permitirán hacer toda una variedad de acciones como son mover, atacar, recolectar recursos, reclutar tropas, construir o mejorar fortalezas, etc, etc. Además, estas cartas están numeradas del 1 al 8 y, si la carta que se juega es la más alta del año, permitirá otra acción adicional. Tras la cuarta estación (invierno), los jugadores recuperan todas las cartas usadas ese año.
El movimiento en sí se realiza a lo largo de grandes hexágonos. Cada uno de ellos aporta una serie de recursos básicos (comida, madera y metal) y también puede contener ciudades y criaturas neutrales. Cuando un bando se encuentra con estas últimas, puede intentar establecer relaciones diplomáticas para que se alíen con él, o puede intentar combatirlas directamente. Esta última es también la única opción cuando las figuras de dos jugadores se topan en una misma casilla.
Combate, diales y héroes
Cada jugador tiene una tarjeta para señalar sus recursos y con la descripción de sus diferentes tipos de unidades. |
Además de poder mover y gestionar su ejército, cada jugador dispone también de héroes, figuras independientes que se mueven por el mapa e intentan conseguir tesoros y objetos especiales. Los héroes no se ven interceptados por las tropas normales, aunque pueden combatir entre ellos.
Objetivo
El objetivo del juego gira en torno a las runas que le dan título, el primer jugador en obtener seis de ellas, o aquel que tenga más al cabo de 24 turnos/6 años ganará la partida. Todos los jugadores parten con una de de estas piedras rúnicas, y pueden conseguir más cumpliendo su objetivo secreto, por medio de las búsquedas de los héroes o, simplemente, capturándoselas a los oponentes. Están representadas por unas pequeñas fichas, de las cuales puede haber una por zona/hexágono. Estas fichas se ponen bocabajo, y los jugadores también disponen de algunas de ellas que son falsas, para confundir al enemigo.
En resumen…
Como en casi todos los juegos de FFG, montones de cartas: de orden, de héroe, de búsqueda, de táctica, de objetivo, de recompensa... |
El pasado 2011 aparecía en EE.UU. la inevitable primera expansión para Runewars, titulada Banners of War, y cuya versión en castellano debería aparece aquí en breve, nuevamente de la infalible Edge Entertainment, que ya publicó en nuestro país el juego base. Parece interesante y estaré al tanto de su aparición…
Un gran juego, sin duda alguna
ResponderEliminar¡Muy divertido!
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