Cuando, en 1998, cae el titán de los juegos
de tablero Avalon Hill, la firma es adquirida
por Hasbro, quien un año después compra también Wizards of the Coast y
convierte a la primera firma en filial de la segunda. El inmenso catálogo de Avalon
Hill es prácticamente erradicado y sus nuevos dueños transforman a la legendaria
marca en una casa de juegos de tablero de orientación juvenil, vistosamente
presentados y casi todos ellos plagados de docenas de figuras de plástico.
Entre los primeros títulos que recuperan se encuentra Axis & Allies, originalmente
editado por Nova Games en los primeros 80, y
después, durante mucho tiempo, por MB, también
propiedad de Hasbro. Desde entonces, la nueva Avalon Hill se ha dedicado a
expandir esta serie de sencillos wargames, reeditando tanto el juego original
como produciendo toda una serie de expansiones que se centran ya sea en
batallas concretas o en teatros más amplios de la II Guerra Mundial.
El juego reseñado en esta ocasión, Guadalcanal, apareció en 2007, diseñado por Larry Harris, Jr., autor del Axis & Allies original y de todos los títulos de la serie. Se
centra, claro está, en los combates que tuvieron lugar en las Islas Salomón, en
el Océano Pacífico, desde 1942 a 1943 entre las tropas estadounidenses y
japonesas.
Comparte en común mecánicas con los demás
productos de la serie, aunque es más sencillo y su “acción” está más
concentrada que en aquellos que se juegan sobre continentes enteros. Al contrario
que estos últimos, es sólo para dos jugadores, y puede acabarse en una tarde.
El objetivo del juego es, lógicamente, el
control de las islas y de sus aeródromos. Al principio sólo hay dos de estos,
pero pueden construirse más, y son decisivos para la victoria junto a la
destrucción de los acorazados y portaaviones del rival. Cada bando tiene toda
una variedad de miniaturas que representan tanto sus fuerzas aéreas (cazas y
bombarderos), como terrestres (infantería y artillería) y navales
(destructores, cruceros, transportes, submarinos y los dos tipos de barcos ya
mencionados). Todos ellos tienen una serie de características que se resumen
tanto en el reglamento como en una lámina muy útil disponible para cada jugador:
movimiento, dados de ataque para diferente tipos de objetivo (aviones, barcos, infantería…),
habilidades especiales y coste.
La simpática caja para resolver los combates |
Las flotas aeronavales japonesa y norteamericana se enfrentan. Las fichas redondas grises representan unidades similares a las que tienen encima, y se usan para ahorra espacio |
El combate se realiza también de una forma
muy sencilla, especial y simpática: por medio de una curiosa cajita que tiene
una bandeja rectangular extraíble con doce dados. Los dados se agitan con la
caja cerrada, se alienan bien en la bandeja, y se saca ésta: miraremos el
resultado de tantos dados como dados de ataque tengan en total todas nuestras
unidades implicadas en esa fase concreta del combate. Los 1 y 2 son impactos, y
a la altura de cada dado, impreso en el pequeño cajón extraíble, consta el tipo
de unidad exacta impactada. La mayoría de unidades se destruyen con un solo éxito,
pero algunas pueden quedar sólo dañadas o incluso resistir totalmente el daño.
Como toda la serie a la que pertenece, se
trata de un wargame ligero, pensado para que apetezca incluso a los profanos
debido a su atractivo aspecto con las miniaturas, pero aún con todo lo
encuentro lo suficientemente divertido –aunque no sea un juego “serio” – y con
un importante componente estratégico pseudo-ajedrecístico al estar la acción
tan concentrada en tan pocas casillas y al ser los movimientos de la mayoría de
las piezas muy limitadas (normalmente un solo espacio). Para aquellos que
quieran hacerlo algo más complejo, se adjuntan unas fichas opcionales
con efectos variados que afectan al movimiento y al combate y hacen los turnos
menos rutinarios.
Interesante me encanta esta saga
ResponderEliminar