Publicado en 2005 por Fantasy Flight Games y
en su edición española por Devir Iberia poco después, La Furia de Drácula es en
realidad una reedición del juego de igual nombre que Games Workshop
comercializara originalmente en 1987. La nueva versión ha corrido a cargo de
Kevin Wilson, mientras que la original es obra de Stephen Hand. No he jugado a
la antigua, pero sí poseo la más reciente, y es de ella, por supuesto, de la
que os voy a hablar.
Propuesta, tablero
y objetivo
La ambientación del juego nos sitúa unos ocho
años después de la famosa novela de Bram Stoker. El Conde Drácula ha
reaparecido y sus planes con respecto al mundo de los vivos no parecen muy
buenos. Para hacerle frente se unirán, una vez más, los héroes Abraham Van
Helsing, Mina Harker, Lord Godalming y el doctor Seward. Así pues, hasta cinco
jugadores tienen cabida en este juego, uno es, naturalmente, Drácula, el resto
se reparte a los cazavampiros, que siempre juegan en su totalidad sea cual sea
el número de participantes.
El tablero con el mapa de Europa y (arriba) la Ruta de Drácula. La zona más oscura representa la más aislada Europa Oriental |
El objetivo de Drácula es bien sencillo:
extender su raza maldita de no muertos por Europa con el firme propósito de
dominarla; el de sus oponentes, claro está, impedirlo y acabar con el conde
vampiro. El mapa nos presenta pues el Viejo Continente, con muchas de sus ciudades
principales conectadas ya sea por carretera, ferrocarril o mar. Una sección
especial del tablero se utiliza para trazar la ruta –normalmente secreta– de
Drácula: este dispone de un mazo de cartas que representan todas y cada una de
las ciudades del mapa, así como las zonas correspondientes a los mares, y las
va situando, turno a turno, en dicha sección. Sujeto a ciertas
normas, Drácula se va moviendo por el continente, sembrando las ciudades que
visita de acólitos, criaturas y toda suerte de esbirros. Las cartas de su ruta
se colocan bocabajo, y será tarea de los cazavampiros descubrir por dónde se
mueve su archienemigo y, en última instancia, localizarlo y eliminarlo, lo que
no les va a ser fácil. La figura de Drácula no se coloca sobre el mapa salvo
cuando es localizado; el resto del tiempo está en la carta más reciente de su
ruta, que es su localización actual.
Turno de Drácula
Al comienzo de cada turno, actúa siempre
Drácula. Mueve el contador de día una casilla, y por cada día completo que pase
(normalmente seis turnos, pero puede adelantarse o retrasarse) avanza el Medidor de Vampiros un paso. Drácula habrá ganado si este último llega al número 6,
cosa que puede conseguir también derrotando a los héroes o creando nuevos
vampiros. El movimiento secreto de Drácula es una de las principales y más
divertidas características de La furia de
Drácula. Los demás jugadores no saben normalmente dónde está el vampiro
salvo que entren en una de las ciudades de su Ruta, aunque tienen ciertas
pistas como si está moviendo por mar (momento en el que utiliza cartas de un
color diferente). La libertad de movimiento de Drácula no es infinita: cada
turno añade una carta a su ruta y desplaza las ya existentes hacia su derecha,
hasta que estas “salen” del tablero. Mientras tanto, no puede normalmente
volver a utilizar las que ya tiene situadas en la ruta, aunque algunas cartas
especiales le permiten ciertas excepciones a esta norma.
La Ruta de Drácula, donde el vampiro va situando las localizaciones por las que pasa. La más reciente es la de la derecha, su ubicación actual |
Cuando Drácula acaba su turno, puede situar
en su ubicación actual (si es ciudad; nunca en el mar) una ficha de Encuentro.
Estas representan toda una serie de obstáculos e impedimentos para los
jugadores humanos que pueden ir desde simples ratas a nuevos vampiros, pasando
por sicarios del Conde, tormentas, etc, etc… Algunas de estas fichas pueden
“madurarse”: si la carta sobre la que se situaron “sale” de la ruta de Drácula,
su efecto es mucho más drástico, por ejemplo, un nuevo vampiro madurado avanza
el fatídico Medidor de Vampiros dos casillas, por lo que los jugadores deben
afanarse en buscar estas últimas fichas y destruirlas.
Turno de los
cazavampiros
Tarjetas de dos de los cazadores, con sus cartas de equipo y evento |
Combate
El combate se lleva a cabo combinando cartas
y una tirada de dado. Los jugadores humanos disponen de una serie de cartas de
equipo básicas, y pueden conseguir más en las ciudades. Estas representan todo
tipo de armas, desde los simples puños, a pistolas, rifles, cuchillos o cosas
menos convencionales como el agua bendita y los crucifijos. Por su parte,
Drácula posee una gama de poderes que se amplía en los turnos de noche y que
incluyen el hipnotismo, fuerza sobrehumana o la posibilidad de transformarse en
niebla o murciélago. Además, posee otro mazo aparte para cuando luchan sus
esbirros, y que es similar al de los humanos.
Parte de los componentes del juego, incluidas las cartas de Drácula |
Y, ya que he mencionado la noche: comentar
también que Drácula tiene otro mazo de cartas especiales, la mayoría de las
cuales sólo puede usar en las horas de oscuridad, que le capacitan para efectos
bastante potentes como recuperar vida/sangre, huir en forma de lobo, etc. Los
humanos no están absolutamente indefensos contra tanta maldad, ya que cuentan con los llamados “puntos de resolución” para llevar a cabo ciertas medidas
arriesgadas en caso de desesperación.
En resumen
Hay dos perspectivas muy diferentes para
valorar este juego, que se corresponden con cada uno de los bandos que
participan: el jugador que hace de Drácula, aunque debe dominar algunas reglas
más para conocer todos los poderes y posibilidades del personaje, es para mí el
que mejor se lo pasa, sobre todo cuando escucha a sus rivales especular sobre
su paradero, confirmando a menudo que están totalmente perdidos. Además, puede
fastidiar a éstos con infinidad de artimañas y complicaciones.
¡Drácula ha sido localizado en Santander! La lucha será a muerte... |
A mis nenes de 11 y 9 años les voy a introducir en este juego. Que no les pase nada, que yo seré Dracula ;)
ResponderEliminar¡Abusona, ya podrás! :P
ResponderEliminar