jueves, 6 de diciembre de 2012

Agricola

¿Quién me iba a decir a mí que, después de haber forjado imperios, combatido en mil batallas, viajado por las más recónditas galaxias y explorado decenas de ruinas y mazmorras –¡siempre en el terreno lúdico, claro!–, acabaría disfrutando enormemente con un juego en el que “todo” lo que tenías que hacer era cuidar ovejitas y plantar hortalizas? Pues así ocurrió: yo fui una de las cientos de personas que se encapricharon con Agricola de Uwe Rosenberg cuando apareció en 2007 publicado por Lookout Games –un año más tarde en su versión en castellano vía HomoLudicus–. No creo exagerar si afirmo que, a pesar de contar con tan sólo un lustro de vida, este título es ya todo un clásico en la historia de los juegos de tablero y un capítulo mayor dentro de la variante de los eurogames. Y eso aún con una propuesta tan aparentemente simple como la suya: gestionar una granja en la Europa del siglo XVII y conseguir que rente de la mejor manera posible. Comenzaremos con una familia compuesta por marido y mujer, araremos campos, los sembraremos, y recogeremos sus frutos; pero también criaremos diferentes tipos de ganado (bovino, porcino y ovino) y construiremos establos y vallados para éste. Finalmente, expandiremos y mejoraremos nuestra pequeña vivienda para dar cabida a nuestros futuros retoños, que una vez crecidos serán de gran ayuda en las tareas de la granja.

Tablero principal de Agrícola. En cada uno de los 14 turnos del juego se revela una nueva carta.

Estructura
Cada turno se reponen los materiales de las casillas y cartas.
El juego se estructura en 14 turnos repartidos en 6 períodos o estaciones. Las primeras de éstas serán más largas y, a medida que avanza la partida, se irán acortando (de 4 a 1 turnos). Indistintamente, en cada uno de los turnos, nuestras opciones serán posicionar nuestros peones/miembros de la familia (dos al principio, que pueden llegar a ser cinco hacia el final del juego) sobre las diferentes opciones que nos da el tablero principal de juego. Dicho tablero consta de 16 casillas iniciales, y otras 14 que se van revelando al principio de cada uno de los turnos del juego mediante cartas que se sitúan en él, y que pueden variar según el número de jugadores y la dificultad de la partida (hay una versión familiar y una avanzada). Las opciones de estas cartas nos permiten desde acciones esenciales como recoger materiales de construcción (madera, adobe, piedra y juncos) u obtener los diversos tipos de animales (ovejas, jabalíes y vacas) y vegetales (hortalizas y cereales) a emplearnos en diversos oficios que nos proporcionarán comida, elemento esencial del juego ya que, al final de cada estación, deberemos alimentar a los componentes de nuestra familia, so pena de recibir puntos negativos. Otras posibilidades tanto iniciales como disponibles a lo largo de posteriores turnos serán ampliar o reformar nuestro hogar, construir establos y vallas, arar y sembrar campos, comprar hornos y cocinas y darles uso, y la ya adelantada y eficaz “ampliar familia”, lo que nos aportará nuevas fichas (hijos) para usar cada turno. Al final, ganará el jugador que tenga la granja mejor equilibrada, ya que todas estas variables puntúan. No siempre nos será posible tener de todo y, a veces, deberemos centrarnos más en algunos recursos y opciones que nos sean más accesibles para poder así compensar la falta de otros.

Ejemplos de cartas de adquisiciones menores (arriba) y de oficios (abajo)

Cartas y tablero personal
La versión avanzada de Agricola incorpora el único elemento que lo puede hacer un poco más complicado o denso, pero que es, no obstante, el que le da variedad, riqueza y color a las partidas, y considero por lo tanto obligatorio una vez se ha familiarizado uno con las reglas estándar: las cartas de adquisiciones menores y las de oficios. Si se decide escoger esta opción, cada jugador comenzará la partida con 7 de cada uno de los tipos. Eligiendo cualquiera de las casillas pertinentes en el tablero, y cumpliendo ciertos requisitos (como el pago de material en algunos casos), los jugadores pueden ir sacando estas cartas y aprovecharse de sus múltiples y variadas ventajas: recibir comida o material más baratos o gratuitos, poder rentabilizar en mayor medida determinadas acciones, saltarse algunas reglas básicas, etc, etc…

Las Adquisiciones Mayores proporcionan importantes ventajas.
Otra de las cosas que más me gustan del juego del señor Rosenberg es que la construcción de tu granja es casi en tres dimensiones, como si montases un pequeño diorama, ya que cada jugador tiene un tablero personal de 3 x 5 casillas en donde va situando sus adquisiciones y trabajos (campos labrados, vallas, habitaciones de la casa, animales y vegetales…) y muchos de estos elementos vienen en forma de piezas de madera; en concreto, algunas versiones del juego adjuntan animeeples y vegemeeples, es decir, figuritas con la forma de ovejas, trigo, calabazas, vacas…. Hasta la propia familia granjera se puede adquirir con forma de figuritas humanas. En las ediciones normales de Agricola, todos estos componentes son simplemente discos o cubos, aunque siempre cabe la posibilidad de adquirirlos por separado, como fue mi caso.


Cada jugador estructura su granja en un tablero personal.

En resumen…
Animeeples y vegemeeples, los componentes más simpáticos del juego.
Por supuesto, este best-seller de los últimos años ha conocida infinidad de complementos y variantes, como nuevos mazos de cartas de la temática más diversa (¡incluso uno con alienígenas!), una versión para 2 jugadores (Agricola: All Creatures Big and Small) y la expansión Bosques y Cenagales (Farmers of the Moor), de la que espero hablar en una futura ocasión. En realidad, la mayoría de todo este material se me antoja innecesario, ya que Agricola en su edición básica me parece de por sí un juego prácticamente redondo al que sólo le añadiría unos pocos turnos que alargaran la partida media horita más, quizá la que le sobra a Le Havre. He seguido con interés casi todos los posteriores trabajos del autor desde hace cinco años, y de hecho han sido reseñados ya en este blog.

Por su temática, reglas no demasiado complejas y atractiva presentación, me parece un juego que es incluso recomendable para personas poco o nada iniciadas en el hobby e incluso para jugadores ocasionales. Por lo demás, como ya he comentado al principio, lo considero un hito en la historia de los juegos de tablero.

4 comentarios:

  1. Tengo muchas ganas de jugar con este juego. Llevo tiempo pensando que sería mi próxima adquisición ya que he leído en varios sitios que es el juego de tablero recomendado después de haber jugado a Los Colonos de Catán, Carcasonne o Aventureros al tren; es decir, que es un juego más para jugones que ya han pasado por la "primera fase" de esos juegos de iniciación.

    A ver si un día de estos me hago con él o juego una partida con alguien que lo tenga, :)

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  2. La verdad es que yo no he pasado por esa "fase", seguramente porque en los tiempos en que empecé a jugar en los años 70 ni existían esos juegos....
    En cuanto a lo de la partida, ya sabes ;)

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  3. Ni que decir tiene que este juego me ha encantado, tanto tanto que ya lo he adquirido y estoy deseando presentarlo al grupo de amigos que nos juntamos de vez en cuando.

    Como única pega le pondría el tema del recuento final que se puede hacer algo farragoso y que impide a primera vista saber quien va por delante en la partida.

    Un compra recomendada para todo el mundo.

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  4. ¡No es tan farragoso, hombre! Además, viene un pequeño block para hacerlo, lo que pasa es que no lo usamos... ;)

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