Título incluido en 2004 en la serie Games for Two
de la casa alemana Kosmos, colección de la
que ya reseñé recientemente Dracula.
El juego de Rüdiger Dorn se ambienta en esta
ocasión en el África de la época de los grandes exploradores, y los jugadores
encarnan a comerciantes nativos que, naturalmente, intentan hacerse ricos comprando
y vendiendo mercancías. Es un juego de cartas que se ayuda de algunas fichas,
lo cual, para mí, siempre enriquece y da color.
Cada uno de los dos jugadores parte con un
puesto de mercado con seis espacios y con 20 pepitas de oro, así como con una
mano básica de 5 cartas. En cada turno, un jugador tiene 5 acciones
adjudicadas, que puede repartir como quiera dentro de las dos fases del turno,
que siguen este estricto orden: primero, el jugador puede robar cartas, de una
en una, hasta que decida quedarse con una –y sólo una– de ellas, y siempre
dentro del límite de sus 5 acciones. Por ejemplo: robamos una carta (gastando 1
acción), la descartamos porque no nos gusta, robamos una segunda carta (otra
acción), la descartamos porque no nos gusta, y robamos una tercera carta, que
nos quedamos. En total habremos gastado 3 acciones.
El resto de tipos de cartas son las de
animales, personas y utilidades. Mientras las primeras son básicamente para “atacar”
al contrario (robándole mercancías y cartas sobre todo), los otros dos tipos
nos aportarán importantes ventajas como cambiar u obtener recursos y nuevas
cartas, con la diferencia de que las utilidades se juegan sobre la mesa, en
donde podemos tener hasta un máximo de tres de ellas, y utilizarlas una vez por
turno, mientras que las de personas y animales son de “usar y tirar”.
En el momento en que un jugador acaba un
turno con 60 pepitas de oro o más, su oponente tiene todo un turno para
intentar igualarle o superarle. De ser así, este último gana la partida; en
caso contrario, el vencedor es su contrincante.
Cartas de animales (arriba) y de personas (abajo) |
Fichas de pepitas de oro y de mercancías |
Buena crítica de un juego que me trae muchos buenos recuerdos :) Las expansiones aún me quedan por ver, podrían ser muy interesantes
ResponderEliminar¡Yo tampoco las he visto! Las expansiones me dan un poco de miedo: a veces mejoran y perfeccionan un juego, otras lo hacen más complejo o pervierten su idea y encanto original...
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