Segundo título dentro de la serie “Victory”
de Adam Starkweather para su empresa Multi-Man Publishing, siendo el primero A Victory Lost, aparecido tres años
antes que este, en 2006. La colección, que teóricamente conformará una
tetralogía, se basa toda ella en conflictos entre los bandos soviético y alemán
durante la II Guerra Mundial, dándose el curioso caso de que cada uno de ellos
acaece dentro de una estación del año. Así, el último juego citado era el de
invierno, y el que ahora reseño se corresponde con el verano, ya que tiene
lugar entre julio y agosto de 1941, en plena Operación Barbarroja y, como su
subtítulo, Crisis at Smolensko,
indica, tiene como centro esta ciudad rusa y sus alrededores, extendiéndose el
mapa del juego desde Minsk hasta Moscú.
Casillas para las fichas de activación, puntos de victoria, aviones, etc |
Las posiciones de salida de las fichas vienen señaladas en el tablero |
El alemán consigue puntos capturando ciudades
y cogiendo de ellas fichas bocabajo con un valor variable que sólo se revelan
al final de la partida. El ruso tiene la posibilidad de recuperarlas, y también
recibe puntos por eliminar unidades motorizadas alemanas. La partida puede
acabar súbitamente si las tropas alemanas alcanzan Moscú o si sus enemigos
recuperan Minsk. De no ser así, en el turno 6 se decide la “directiva de
Hitler” en base a una tirada de dado. En función de ésta, el juego se
prolongará 8 o 10 turnos, al final de los cuales cada jugador sumará sus puntos
de victoria, aplicará ciertos modificadores y se decidirá el vencedor.
La ciudad cercada de Minsk (imagen izquierda) presenta una situación
especial durante los tres primeros turnos: las unidades que hay en ella no se
activan ni luchan de manera normal. El jugador alemán puede decidir sacar
algunas de ellas consultando una tabla y tirando el dado. Estas unidades
quedarán así “libres” para entrar en el tablero propiamente, pero con ello
proporciona a su oponente la posibilidad de sacar también fichas suyas y de
modificar positivamente sus tiradas de ataque. A partir del turno 4, las tropas
alemanas que aún estuviesen en Minsk pasan a estar disponibles, y las
soviéticas quedan eliminadas.
El reglamento de A Victory Denied es moderado en extensión, claro y bien presentado
y fácil de consultar cuando surgen dudas. El juego en sí es largo, como casi todo
wargame, y se necesitan al menos un par de “sesiones” de 3 o 4 horas para
acabarlo, lo cual para mí no supone ningún problema. Aún con ello, el juego es
ameno y divertido. Me gusta mucho esta serie y quiero seguir coleccionándola si
me es posible. Por desgracia, vendí el primer título en un momento de “debilidad” y ahora está agotado y en espera de reimpresión, y es posible que lo
vuelva a comprar en el futuro. Este segundo juego me parece aún mejor al ser de
transcurso algo más variado y tener más opciones como los ataques aéreos y las
fichas de eventos.
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