martes, 14 de mayo de 2013

Jambo

Título incluido en 2004 en la serie Games for Two de la casa alemana Kosmos, colección de la que ya reseñé recientemente Dracula. El juego de Rüdiger Dorn se ambienta en esta ocasión en el África de la época de los grandes exploradores, y los jugadores encarnan a comerciantes nativos que, naturalmente, intentan hacerse ricos comprando y vendiendo mercancías. Es un juego de cartas que se ayuda de algunas fichas, lo cual, para mí, siempre enriquece y da color.

Cada uno de los dos jugadores parte con un puesto de mercado con seis espacios y con 20 pepitas de oro, así como con una mano básica de 5 cartas. En cada turno, un jugador tiene 5 acciones adjudicadas, que puede repartir como quiera dentro de las dos fases del turno, que siguen este estricto orden: primero, el jugador puede robar cartas, de una en una, hasta que decida quedarse con una –y sólo una– de ellas, y siempre dentro del límite de sus 5 acciones. Por ejemplo: robamos una carta (gastando 1 acción), la descartamos porque no nos gusta, robamos una segunda carta (otra acción), la descartamos porque no nos gusta, y robamos una tercera carta, que nos quedamos. En total habremos gastado 3 acciones.

Puesto del jugador y sus cartas de utilidades

Las acciones que nos hayan quedado después de la fase de robo (si es que nos quedaron) las podremos gastar para jugar cartas de la mano. Hay cinco tipos de cartas, y cada una tiene un fin determinado. Las más esenciales son las de mercancías, que nos permiten comprar las mercancías que aparecen en ellas pagando el precio indicado, o bien venderlas si ya las tenemos disponibles. Existen seis posibles mercancías, y aquellas que obtengamos las colocaremos en nuestro puesto de mercado, con cabida para otra media docena. Es posible conseguir nuevos puestos de mercado, esta vez con tres casillas, por medio del mazo, y con esto hemos visto también el segundo tipo de cartas posibles.

Cartas de utilidades (arriba) y mercancías (abajo)

El resto de tipos de cartas son las de animales, personas y utilidades. Mientras las primeras son básicamente para “atacar” al contrario (robándole mercancías y cartas sobre todo), los otros dos tipos nos aportarán importantes ventajas como cambiar u obtener recursos y nuevas cartas, con la diferencia de que las utilidades se juegan sobre la mesa, en donde podemos tener hasta un máximo de tres de ellas, y utilizarlas una vez por turno, mientras que las de personas y animales son de “usar y tirar”.

En el momento en que un jugador acaba un turno con 60 pepitas de oro o más, su oponente tiene todo un turno para intentar igualarle o superarle. De ser así, este último gana la partida; en caso contrario, el vencedor es su contrincante.

Cartas de animales (arriba) y de personas (abajo)


Fichas de pepitas de oro y de mercancías
Jambo, en resumen, es un juego simpático y divertido –con bonitas ilustraciones del popular Michael Rieneck– que se puede acabar en una hora o menos y que mantiene para mí el buen nivel de la serie Games for Two de Kosmos. El único problema puede radicar, para aquellos que no dominen el inglés (o cualquiera de los otros idiomas a los que ha sido traducido, no incluido el castellano), en que muchas de las cartas que lo componen llevan texto explicativo con sus efectos, aunque no me cabe duda de que no será difícil acceder a su traducción en internet. El juego tiene, además, dos expansiones de 2007 y 2009 y se puede integrar con otro título del mismo autor: Asante.

2 comentarios:

  1. Buena crítica de un juego que me trae muchos buenos recuerdos :) Las expansiones aún me quedan por ver, podrían ser muy interesantes

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  2. ¡Yo tampoco las he visto! Las expansiones me dan un poco de miedo: a veces mejoran y perfeccionan un juego, otras lo hacen más complejo o pervierten su idea y encanto original...

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