La figura macabra y fascinante a la vez de Jack el Destripador ha dado origen a no pocos juegos
de tablero a lo largo de las últimas décadas. No poseo, ni mucho menos, todos
ellos, pero sí algunos, ya que siempre me ha interesado la historia de este
personaje al que los años han rodeado de un halo misterioso y hasta fantástico.
El año pasado ya reseñé Sombras sobre
Londres (véase aquí)
y este mismo, Mystery Rummy. Jack the
Ripper (aquí).
En esta ocasión, será el turno de otro título muy diferente sobre el
tristemente célebre asesino: Mr. Jack,
obra de los franceses Bruno Cathala y Ludovic Maublanc publicada en edición multilingüe
por Hurricane en 2006. El autor de las
ilustraciones es Pierô, al que muchos
aficionados pueden conocer sobre todo por su trabajo en la serie de juegos Ghost Stories.
El transcurso de Mr. Jack es bien fácil de resumir: ocurre en una sola noche,
dividida en ocho turnos/horas. Un jugador es, por supuesto, Jack el
Destripador. El otro lidera las fuerzas de la ley. El tablero representa el
barrio de Whitechapel, y está dividido en
grandes hexágonos, unos ocupados por viviendas y patios, otros vacíos o con
elementos importantes para la partida como las farolas o las alcantarillas.
8
sospechosos
Existen 8
personajes en el juego, casi todos extraídos de la “mitología
ripperiana”, tanto históricos (Sir William Gull, el Inspector Abberline, el
Sargento Godley…), como ficticios (Holmes, Watson y Lestrade). Unos pocos son
totalmente inventados por los autores del juego, aunque tienen simpatiquísimos
guiños como el de “Jeremy Bert”, un obvio homenaje al actor televisivo Jeremy
Brett, que durante años encarnó también en la pequeña pantalla al mítico
detective de Arthur C. Doyle. Indistintamente de su procedencia original, uno
de ellos será el Destripador. Todos tienen un peón o ficha redonda de madera en
el tablero, una carta de activación, y una carta de coartada
Lo primero que hará el jugador que representa a Jack, una vez se hayan desplegado en el tablero los peones y demás elementos (farolas, alcantarillas tapadas, control policial…) es coger y mirar en secreto una de las cartas de coartada: ese personaje será Jack el Destripador. La guarda, deja las demás bocabajo en un mazo, y comienza la partida….
Durante cada uno de los ocho turnos del juego, tendremos disponibles a
cuatro de los ocho personajes para usar. Al siguiente turno, se dispondrá de
los otros cuatro. Así pues, cuando acaben los turnos pares, excepto el último,
se volverán a barajar todos y a extraer cuatro de nuevo, siempre al azar. Los
jugadores podrán cada uno activar a dos de los cuatro personajes del turno, en
el siguiente orden: turnos impares, 1 Policía, 2 Jack, 1 Policía; turnos pares: 1 Jack, 2 Policía, 1 Jack. Esta secuencia, y el hecho de poder o no mover a
dos personajes seguidos, es importantísima para lograr nuestro propósito en el
juego: por supuesto, dar con el Destripador en el caso del jugador que
representa la Ley, y escapar antes de que amanezca en el caso del asesino.
¿Visible
o no visible?
Cuando es activado, cada peón puede mover 3 o 4 hexágonos –según cuál– y, en algún
momento durante su turno, utilizar su habilidad
especial, distinta en cada personaje: ver una carta de Sospechoso,
cambiar las fichas de alcantarilla cerrada, farola o control policial,
atravesar hexágonos con viviendas, etc.
Los personajes en b/n son inocentes |
Si Jack logra llegar al final de la partida sin ser descubierto, la noche acaba y logra escapar,
emulando a su equivalente histórico. Hay una tercera posibilidad de que acabe
la partida, y es que el peón de Jack escape antes del amanecer por una de las salidas del barrio que no tiene ficha de control
policial (dos de las cuatro posibles). Para ello, debe estar “no visible”.
Un juego sencillo y divertido que en
principio puede parecer propenso a la repetitividad, pero que no lo es tanto
debido a la aleatoriedad de las cartas, aunque sí que es cierto que puede
cansar si se juega muy seguido. La única y pequeña pega que le pongo es su
aspecto estético, desenfadado y caricaturesco, que entiendo está hecho para
hacer el juego más agradable al público en general, pero que obviamente rompe
el tono y el ambiente decididamente oscuro y trágico que rodeó a los asesinatos
del verdadero Destripador.
El éxito de Mr. Jack ha propiciado una continuación, Mr. Jack in New York, una versión de bolsillo, Mr. Jack Pocket, y varios suplementos para el juego original.
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