sábado, 27 de octubre de 2012

Mr. Jack

La figura macabra y fascinante a la vez de Jack el Destripador ha dado origen a no pocos juegos de tablero a lo largo de las últimas décadas. No poseo, ni mucho menos, todos ellos, pero sí algunos, ya que siempre me ha interesado la historia de este personaje al que los años han rodeado de un halo misterioso y hasta fantástico. El año pasado ya reseñé Sombras sobre Londres (véase aquí) y este mismo, Mystery Rummy. Jack the Ripper (aquí). En esta ocasión, será el turno de otro título muy diferente sobre el tristemente célebre asesino: Mr. Jack, obra de los franceses Bruno Cathala y Ludovic Maublanc publicada en edición multilingüe por Hurricane en 2006. El autor de las ilustraciones es Pierô, al que muchos aficionados pueden conocer sobre todo por su trabajo en la serie de juegos Ghost Stories.

El transcurso de Mr. Jack es bien fácil de resumir: ocurre en una sola noche, dividida en ocho turnos/horas. Un jugador es, por supuesto, Jack el Destripador. El otro lidera las fuerzas de la ley. El tablero representa el barrio de Whitechapel, y está dividido en grandes hexágonos, unos ocupados por viviendas y patios, otros vacíos o con elementos importantes para la partida como las farolas o las alcantarillas.

Disposición inicial del tablero. Al final de cada turno, se eliminará una farola.

8 sospechosos
Existen 8 personajes en el juego, casi todos extraídos de la “mitología ripperiana”, tanto históricos (Sir William Gull, el Inspector Abberline, el Sargento Godley…), como ficticios (Holmes, Watson y Lestrade). Unos pocos son totalmente inventados por los autores del juego, aunque tienen simpatiquísimos guiños como el de “Jeremy Bert”, un obvio homenaje al actor televisivo Jeremy Brett, que durante años encarnó también en la pequeña pantalla al mítico detective de Arthur C. Doyle. Indistintamente de su procedencia original, uno de ellos será el Destripador. Todos tienen un peón o ficha redonda de madera en el tablero, una carta de activación, y una carta de coartada

Lo primero que hará el jugador que representa a Jack, una vez se hayan desplegado en el tablero los peones y demás elementos (farolas, alcantarillas tapadas, control policial…) es coger y mirar en secreto una de las cartas de coartada: ese personaje será Jack el Destripador. La guarda, deja las demás bocabajo en un mazo, y comienza la partida….

Las cartas y personajes disponibles en Mr. Jack

Durante cada uno de los ocho turnos del juego, tendremos disponibles a cuatro de los ocho personajes para usar. Al siguiente turno, se dispondrá de los otros cuatro. Así pues, cuando acaben los turnos pares, excepto el último, se volverán a barajar todos y a extraer cuatro de nuevo, siempre al azar. Los jugadores podrán cada uno activar a dos de los cuatro personajes del turno, en el siguiente orden: turnos impares, 1 Policía, 2 Jack, 1 Policía; turnos pares: 1 Jack, 2 Policía, 1 Jack.  Esta secuencia, y el hecho de poder o no mover a dos personajes seguidos, es importantísima para lograr nuestro propósito en el juego: por supuesto, dar con el Destripador en el caso del jugador que representa la Ley, y escapar antes de que amanezca en el caso del asesino.

¿Visible o no visible?
Cuando es activado, cada peón puede mover 3 o 4 hexágonos –según cuál– y, en algún momento durante su turno, utilizar su habilidad especial, distinta en cada personaje: ver una carta de Sospechoso, cambiar las fichas de alcantarilla cerrada, farola o control policial, atravesar hexágonos con viviendas, etc.

Los personajes en b/n son inocentes
Al acabar de moverse los 4 personajes disponibles en este turno, llega un momento esencial del juego en el que el jugador policía pregunta a Jack si la ficha que lo representa (la de la carta que cogió al principio de la partida) está “visible”. Esto quiere decir que, o bien está adyacente a una farola, o bien a otro personaje. En caso contrario, Jack no está visible, y cualquiera de las dos posibilidades se muestra con la correspondiente cara de la carta de Jack el Destripador. En este punto, la estrategia de uno y otro jugador es decisiva para que logren sus respectivas metas, y esto es así porque los personajes que no estén en la misma situación que Jack (visible/no visible) quedan descartados y se le da la vuelta a su ficha, mostrando su imagen en blanco y negro. De esta manera, el jugador policía va descartando personajes y aislando al asesino. Si alcanza este objetivo y Jack es descubierto antes del final de la partida, bastará con que acerque cualquier otro peón hasta él para detenerlo y ganar el juego. Por lo tanto, lo que le interesa al jugador de Jack es precisamente dificultar esta labor, haciendo que a su rival le sea difícil ir reduciendo las posibilidades. Esto se logra, claro está, situando al peón que representa al verdadero Jack con el grupo más numeroso de fichas todavía sin descartar, sean las visibles o las no visibles…

Si Jack logra llegar al final de la partida sin ser descubierto, la noche acaba y logra escapar, emulando a su equivalente histórico. Hay una tercera posibilidad de que acabe la partida, y es que el peón de Jack escape antes del amanecer por una de las salidas del barrio que no tiene ficha de control policial (dos de las cuatro posibles). Para ello, debe estar “no visible”.

Un juego sencillo y divertido que en principio puede parecer propenso a la repetitividad, pero que no lo es tanto debido a la aleatoriedad de las cartas, aunque sí que es cierto que puede cansar si se juega muy seguido. La única y pequeña pega que le pongo es su aspecto estético, desenfadado y caricaturesco, que entiendo está hecho para hacer el juego más agradable al público en general, pero que obviamente rompe el tono y el ambiente decididamente oscuro y trágico que rodeó a los asesinatos del verdadero Destripador.

El éxito de Mr. Jack ha propiciado una continuación, Mr. Jack in New York, una versión de bolsillo, Mr. Jack Pocket, y varios suplementos para el juego original.

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